«Quienes han vivido la guerra son los que más desean que haya paz»

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

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Vega Medina ha acudido a Galicia invitado por la Asemblea de Cooperación pola Paz. xoán a. soler

El letrado ofreció una conferencia en el Colegio de Abogados de Santiago

15 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Quienes han vivido la guerra son los que más desean que haya paz. Quienes la impulsan, generalmente no han estado en ella y no han sufrido sus consecuencias». La frase es de Gerardo Vega (La Plata, 1960) abogado colombiano, miembro de la Fundación Forjando Futuros y activista en favor de los derechos humanos en su país. Fue guerrillero del Ejército Popular de Liberación (EPL) cuando en Colombia muchos ciudadanos se vieron empujados a empuñar las armas «porque veníamos de un acuerdo entre el Partido Liberal y el Partido Conservador donde para estar en cualquier instancia del Estado se necesitaba ser de uno de esos partidos. Una gran parte de la población quedaba por fuera de las posibilidades políticas de participar en la democracia y por eso muchos fuimos a las guerrillas, además de por la pobreza, la exclusión y por el acceso a la tierra», explica. El EPL se desmovilizó en 1991 y Vega recibió en el 2012 el Premio Nacional de la Paz.

Tras aquellos acuerdos de paz, «quedaron cosas pendientes en la sociedad colombiana y de lo que se discute hoy en los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC [el principal grupo guerrillero del país andino] es de esas cosas pendientes», explica el abogado. Entre esos asuntos pendientes Vega Medina destaca la reparación y la reconciliación «mediante el esclarecimiento de la verdad, de lo que pasó» y el acceso a la tierra de los millones de campesinos condenados a la pobreza. «En Colombia nunca hubo una reforma agraria», señala. Y ofrece un dato elocuente: «El 40 % de la tierra está en manos de un solo gremio, que es el de los ganaderos y lo que producen en esas 40 millones de hectáreas podría hacerse en once y el resto podría aprovecharse para agricultura alimentaria».

Luchar por los derechos humanos en el polvorín colombiano y sobre todo por el derecho de los más pobres a poseer tierras propias que labrar le ha granjeado el respeto de muchos, pero también el odio de algunos muy poderosos que le amenazan y que incluso han querido atentar contra su vida. La violencia extrema es un hecho en un país en el que el conflicto armado se ha cobrado «según los datos de la Comisión de Memoria Histórica 280.000 personas asesinadas y ocho millones de personas registradas como víctimas», añade el Vega, que ayer ofreció una conferencia en el Colegio de Abogados de Santiago invitado por la Asemblea de Cooperación pola Paz y su delegado en Galicia, Alejandro Quiñoá.

Las amenazas contra su vida son reales. Según los datos de la ONU, el año pasado fueron asesinados en Colombia 105 líderes sociales y otros 74 de los colectivos que reclaman tierras robadas a los campesinos. Del propio entorno de la Fundación Forjando Futuros en la que trabaja Vega murieron también de forma violenta 17 personas. Él ha tenido que escapar del país tres veces para evitar que lo mataran y ha sufrido campañas de desprestigio por parte de parlamentarios de extrema derecha que le hostigan en todos los terrenos, también en los tribunales con continuas demandas falsas por injurias y calumnias. Hasta por terrorismo y concierto para delinquir. «O te matan moralmente o te matan físicamente», asegura.

Pese a todo, Gerardo Vega es optimista y tiene puestas muchas esperanzas en las conversaciones de paz que el Gobierno colombiano y las FARC están llevando a cabo en Cuba. A su juicio, la mayor amenaza para la paz en Colombia es «que sigan asesinando líderes sociales» y que se repita la historia de 1985, cuando se asesinaron a 5.000 exguerrilleros de la Unión Patriótica que habían apostado por la vía política. «Ese es el principal riesgo», advierte.

El personaje. Gerardo Vega Medina es abogado por la Universidad Católica de Bogotá y fundador de la Fundación Forjando Futuros.

El acto. Ayer ofreció una conferencia en el Colegio de Abogados titulada «Los riesgos de ser abogado de derechos humanos en Colombia».