«No se imaginan la ilusión que tengo», dicen los rostros de una campaña estatal de Cruz Roja

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Manuel Rozas y Silvia Vázquez despertaron interés tras publicarse su historia en La Voz 

19 feb 2016 . Actualizado a las 10:38 h.

Manuel Rozas sigue esperando la llegada de los lunes con la «ilusión de un niño», porque el primer día de la semana acude a su casa Silvia Vázquez, la voluntaria de Cruz Roja que le ofrece charla y compañía, pero «sobre todo hace que me sienta útil. Ella es muy buena, pone mucho interés, que es lo importante». La suya es una relación que arrancó en el 2014. Silvia, de Bandeira y residente durante el curso académico en Santiago, acude a casa de Manuel todos los lunes para «seguir aprendiendo a cocinar», comenta la joven estudiante. Y, aunque la repostería es la excusa, Silvia aporta a Manuel oxigeno para mantenerse activo a sus 90 años, y Manuel a Silvia le regala consejos, no solo de cocina, acumulados en su larga vida.

Esta historia, contada en La Voz de Galicia en septiembre del 2015, despertó el interés de los responsables de Cruz Roja Española, que decidieron elegirlos como protagonistas de una campaña de captación de socios, que comenzará a emitirse en televisión y en las redes sociales en las próximas semanas. «No se imaginan la ilusión que me hace. Me siento feliz, quién me iba a decir a mí, con mis años, que acabaría en la televisión. Y con Silvia, que es una gran chica», comenta emocionado Manuel.

El día de la grabación del anuncio publicitario, Manuel preparó «filloas, orellas y coquitos, pero pensé que vendrían cinco o seis personas», y en cambio «llenaron la casa, eran 15 o 16, les gustó todo, y aún se llevaron algo». No vio todavía el resultado de las horas de grabación, y por eso aguarda «con muchas más ganas» la llegada del lunes, cuando Silvia llegue con el vídeo en la mano. «Nos filmaron a Silvia y a mi, y luego me sacaron también en la calle; y dijeron que iban al Toural y a la Catedral. Así que, también sirve para que vean por ahí Santiago».

«Me hace mucha ilusión. ¡Quién iba a pensar, con mis años, que acabaría en la televisión!»

Su compañera en esta aventura también está «contenta, pero sobre todo por Manuel, que es ahora el hombre más feliz del mundo». Aunque «no vio todavía el vídeo, está muy ilusionado con la idea y creo que se va a emocionar cuando se vea, así que estaré preparada», comenta Silvia.

La amistad nacida entre los fogones de la casa de Manuel sigue «intacta», y «cuando en enero nos plantearon hacer el anuncio, no lo pensé dos veces» porque «es importante que la gente conozca lo que se puede hacer por las personas mayores. Son felices con muy poco».

Durante la mañana del lunes, Silvia introduce otras actividades para que Manuel ejercite su memoria. Además de recitar las recetas y todos los pasos a seguir en un sinfín de platos, repasan los álbumes de fotos, porque a Manuel le gusta recordar sus años en la emigración argentina y contar las historias de la «generación de la guerra». Silvia siente auténtica admiración por Manuel, y repite ahora un comentario hecho también en septiembre: «Si él está feliz, yo más». Silvia decía entonces: «Solo le hago compañía y él me da más de lo que yo le doy». Ahora confía en que su ejemplo sirva para animar a otras personas.