El Obra comenzó ayer el partido con siete puntos de desventaja, la diferencia entre los 84 que anota el Barcelona por partido y los 77 que consigue el Obra en cada encuentro.
Señalaba Moncho esta semana que le preocupaba el rendimiento del equipo en los segundos cuartos, cuando comienzan las rotaciones, que se necesitaba mejorar la defensa en general, y que la carga de trabajo acumulada por Alec Brown tras su lesión permitiría empezar a ver la mejor versión del americano.
La tarea se antojaba sumamente complicada, visitaba Sar el equipo con la mejor defensa de la liga y que además atesora el segundo mejor ratio asistencias/pérdidas, es decir, un excelente aprovechamiento de las posesiones. Todo pasaba por conseguir que el Barça no jugase cerca del aro (su porcentaje de aciertos en tiros de dos es demoledor), equilibrar el rebote y no asfixiar físicamente a jugadores como Caloiaro y Waczynski de cara al último cuarto. Moncho cambió la rotación, la defensa mejoró y el rival tuvo que refugiarse en su acierto desde el triple para mantenerse en partido.
Ejecución perfecta de un plan perfecto. ¿Recuerdan los siete puntos de los que hablábamos al principio?