La Puerta Santa sufre un fuerte deterioro

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO

SANTIAGO

Los preparativos de la apertura del día 13 descubren daños en las rejas y los marcos de piedra

07 dic 2015 . Actualizado a las 16:27 h.

Los preparativos para la apertura el próximo domingo, 13 de diciembre, de la Puerta Santa han descubierto el grave deterioro que sufren las rejas exterior e interior y los daños que la oxidación de las piezas de hierro incrustadas en la piedra provocaron tanto en el dintel como en los pilares de la Puerta Santa. Santiago Martínez Otero, de Forxa Chago, y Guillermo Rodríguez, de Renovatio, trabajan a contrarreloj para dar una solución «provisional» hasta que se acometa una rehabilitación integral y de futuro que incluye toda la fachada y la propia Puerta Santa.

Las rejas exterior e interior de la Puerta Santa están siendo retiradas esta misma semana para que los canteros puedan trabajar en el dintel y en los pilares y dejar a punto la Puerta Santa para su apertura. Santiago Martínez explicó que la falta de mantenimiento y, sobre todo, la mala rehabilitación hecha en el pasado provocó que no se frenara la oxidación de las bisagras, los barrotes y el mainel (reja fija situada en la parte superior de la puerta). El deterioro está tan avanzado en algunas partes de la reja, que hasta desaparició parte del hierro. Martínez indicó que «se limitaron a pintar a reixa sen quitar o óxido, e agora hai varias capas de pintura que estraga o ferro. Nalgúns sitio, xa non hai». Por otro lado, en lugar de soldar las piezas con «plomo, empregouse cemento; o peor que se pode facer co ferro e a pedra». Guillermo Rodríguez apuntó que «mientras el plomo admite dilatación, que evita presionar la piedra y no rompe», el cemento «no deja respirar y la piedra parte. Esto lo vemos en todos los puntos donde se incrusta el hierro en la piedra». Incluso, hay piedras de la fachada desplazadas unos tres centímetros hacia la Quintana.

Antes de la apertura de la Puerta Santa se retirarán las dos rejas y la exterior se llevará al taller para una restauración minuciosa, que precisará de un par de meses de trabajo manual. Después se volverá a colocar en su sitio, pero «esta vez con plomo como ten que ser». La reja interior, por ahora, se guardará en la Catedral a la espera de una decisión sobre su futuro.

Por lo que respecta a la piedra, los canteros trabajan estos días con un cepillo de raíces naturales para retirar a mano todas las hierbas. Después se echará un herbicida para retrasar la aparición de la vegetación, que deteriora la piedra especialmente en las juntas. Durante el trabajo de limpieza, los expertos examinarán los pináculos y la balaustrada y realizarán alguna labor de estabilidad para garantizar la seguridad y evitar desprendimientos. La restauración en profundidad se hará posteriormente.