Soporta más del doble de la carga máxima de trabajo recomendada por el Consejo del Poder Judicial
28 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Los de lo Social, los de lo Contencioso-Administrativo y ahora también el de Familia. La lista roja de juzgados colapsados en Santiago crece y crece sin que ni el Ministerio de Justicia ni la Xunta de Galicia pongan sobre la mesa la única solución posible: la creación de nuevas salas.
La situación del único juzgado de Familia que existe en Santiago es crítica. Lleva tres años soportando más del doble de la carga de trabajo que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) recomienda como adecuada. El máximo de asuntos ingresados al año en este tipo de salas debe oscilar entre los 908 y los 1088 casos, pero en Compostela esa cifra llegó el año pasado a 2.263. La situación no es nueva. En el 2013 y el 2012 pasó exactamente lo mismo, con un total de 2.379 y 2.327 asuntos, respectivamente.
El juzgado de Familia de Santiago se creó ya avanzado el 2008, por lo que solo existen estadísticas completas desde el 2009. Ese año, el primero de pleno funcionamiento, la sala ingresó 1.343 casos, ya por encima del máximo estipulado por el CGPJ. Con esa alta carga de trabajo fue inevitable que no se pudieran cerrar todos los expedientes, lo que hizo que al final del ejercicio hubiese 360 aún tramitándose.
La bola de nieve fue creciendo año tras año. En el 2010 los casos ingresados aumentaron hasta 1.701 y, pese a que el juzgado incrementó al máximo su productividad, solo fue posible cerrar 1.360 asuntos, por lo que el ejercicio concluyó con un atasco de 429 casos en trámite.
El 2011 volvió a repetirse la situación, con un total 1.877 asuntos ingresados, pero es a partir del 2012 cuando el colapso ha pasado a ser tan grave que está condicionando por completo la capacidad de la sala. No en vano, el problema de Familia ha sido ya abordado por la Junta de Jueces compostelana, que ha incorporado este juzgado a la lista de reivindicaciones que se ha trasladado a la Xunta y al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
Como ocurre en el caso de los de lo Social y los de lo Contencioso-Administrativo, la única solución pasa por crear otra sala. Un segundo juzgado de Familia permitiría repartir los asuntos y, aunque seguirían sobrepasando la carga de trabajo máxima recomendada por el CGPJ, el alivio sería evidente.
Los de Familia son los juzgados que, por el tipo de casos que tratan, son los más usados por el ciudadano de a pie. Divorcios, separaciones o custodias de hijos son algunos de los asuntos que se dirimen en estas salas. Cuestiones cotidianas en las que cualquier retraso genera un plus de padecimiento a los afectados.