El Obradoiro consiguió la victoria de ayer sobre todo gracias a su buena gestión de los últimos ataques del partido. Tras dejar al Barcelona en 67 puntos hace siete días, un equipo que anota 86 de media por encuentro en Liga Endesa y algo más de 80 en Euroliga, tuvo demasiados problemas con el ataque estudiantil, sobre todo con su juego interior.
Con Alec Brown aún en proceso de adaptación, la dupla Xavi Rey-Nacho Martín fue superior a Angelo Caloiaro y Juanjo Triguero. El reto entonces consistió en defender a un equipo que anota menos de 72 puntos por partido pero que tiene a cinco jugadores por encima de los once puntos de media por encuentro, algo realmente extraño.
A pesar de estar por debajo de sus prestaciones defensivas habituales, el Obra se movió en ataque en los 73 puntos que anota de media en cada contienda, perdió más balones que los habituales y ganó por primera vez estando por debajo del punto por posesión, una estadística poco habitual y que pocas veces se traducirá en victoria. Pero ayer todo parecía preparado para alcanzar la cuarta victoria del curso. Y, aunque con mucho sufrimiento, acabó certificándola.