Rosario Porto acumulaba en su celda la medicina que le habían prescrito

SANTIAGO

Atlas TV

Por ello se le abrió expediente disciplinario en la cárcel de Teixeiro. Los dos padres de Asunta fueron incluidos en el protocolo de prevención de suicidios

13 oct 2015 . Actualizado a las 20:23 h.

El director del centro penitenciario de Teixeiro, Carlos García, ha declarado esta mañana que Rosario Porto acumuló en su celda las pastillas que le habían prescrito y que no tomaba, y por ello se le abrió expediente disciplinario. También relató que tanto la madre de Asunta, como el padre, Alfonso Basterra, fueron incluidos en el protocolo de prevención de suicidios y que incluso él, a día de hoy, continúa en su celda acompañado por un preso de apoyo. Recordó además que la procesada se refería constantemente s su hija.

Rosario Porto cambió las llaves de su casa «porque las tiene mucha gente»

En esta mañana en la que se cierran las testificales también ha declarado el cerrajero que contrataba Rosario Porto. Aseguró que le había cambiado la cerradura de su casa el 9 de enero del 2013, días después de la separación entre Alfonso y Rosario, pese a que no lo necesitaba. Al preguntarle a la procesada, esta le respondió que la cambiaba «porque las llaves las tiene mucha gente».

Otra persona que también se subió al estrado en los juzgados de Fontiñas fue el conserje del edificio donde vivían los padres de Rosario Porto, que confirmó que la acusada estaba haciendo reformas en la vivienda porque tenía pensado mudarse allí con su hija. Recordó también que en vida del padre de Rosario, ya habían emprendido una reforma porque tenían pensado irse a vivir allí ambos acusados. 

Los hermanos de Basterra aseguran que el ordenador de Alfonso estaba en el casa en el registro

A última hora de la mañana declararon en los juzgados de Fontiñas los familiares del padre de Asunta. José María y Rosa Basterra Camporro, hermanos de Alfonso, declararon por videoconferencia en la última sesión del juicio dedicada a las pruebas testificales. Ambos viven en Tenerife y Burgos respectivamente, y estuvieron en Santiago en los días posteriores al crimen y hasta el registro del día 26 de septiembre del 2013, sobre el que se basaron buena parte de las preguntas de las partes. 

Los dos estuvieron viviendo aquella semana en el piso de Basterra, en la rúa República Arxentina, y aseguran que el ordenador, con su funda, nunca se movió de allí, y que también estaba en el mismo lugar el día del registro, en el que se juntaron durante media hora unas diez personas en el apartamento. A los dos les llamó la atención que no se llevaran el portátil, y de hecho creyeron que ya se habían quedado con el disco duro en un registro anterior. José María y Rosa Basterra admitieron que comentaron el hecho con su entorno en días posteriores, incluso, cuando mediáticamente ya se sabía que la investigación estaba buscando el ordenador, pero hoy era la primera vez que lo hacían ante la justicia.

Con la comparecencia de los hermanos de Basterra se cerraron los interrogatorios a los testigos. Mañana comienzan las pruebas periciales, sesiones para las que el presidente del tribunal, el juez Jorge Cid, ha solicitado a las partes que traten de ser «lo más didácticos» que puedan para ayudar al jurado en sus reflexiones.