La preocupación de Moncho antes del partido era saber si el equipo estaría al nivel competitivo necesario para afrontar la primera jornada. Siempre es difícil calibrar ese estado cuando no hay referencias del rival y se complica la labor de scouting, pero si quedaba la más mínima duda de la capacidad de este cuerpo técnico para crear equipos temporada tras temporada, se despejaron por completo a partir del segundo cuarto. Las señas de identidad siguen siendo las mismas aunque los nombres en las camisetas cambien año tras año. Emociona ver la actividad defensiva y la capacidad para recuperar balones de Bendzius y Caloiaro, la excelente calidad de pase de McGrath y la facilidad para generarse sus propios tiros, la evolución y madurez de Pozas, el potencial de anotación exterior de Haws, la explosion de Yusta, la eterna juventud de Chagoyen, la capacidad de rebote de Triguero y Pustovyi y, sobre todo, el rol de Waczynski tras su extraordinario Eurobasket. Para redondear una excelente jornada se confirmó que la afición está muy despierta y sigue acompañando al equipo, Moncho celebró sus 150 partidos en ACB con un cómodo triunfo y el Obra es líder tras la primera jornada.