Compostela Aberta quiere extender el recargo estatal del IBI a los pisos exentos

r. m. santiago / la voz

SANTIAGO

La oposición no le va a poner fácil a Martiño Noriega la aprobación de su propuesta fiscal.
La oposición no le va a poner fácil a Martiño Noriega la aprobación de su propuesta fiscal. Sandra alonso< / span>

Casi un tercio del padrón municipal no tenía hasta ahora la carga añadida del 4 % en este tributo

04 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los inmuebles residenciales urbanos de menor valor catastral sufrirán un incremento de la presión fiscal con el nuevo tipo del IBI que recoge la propuesta que CA ha planteado a la oposición. La propuesta conlleva no solo el mantenimiento del 4 % de recargo estatal, aunque ya no sea obligatorio desde el 2016, sino su extensión a todos los inmuebles urbanos, cuando la mitad con menor valor catastral (al igual que los rústicos) estaban exentos del gravamen añadido. Y por ello, este año tributaron el 0,54 que fija la cuota municipal frente al 0,57 de los sujetos al recargo estatal.

Para mantener ese recargo, el Concello tendrá que subir su carga impositiva del 0,54 al 0,57 con carácter general, aunque CA defiende que con ello no aumenta la presión fiscal, sino que se congela, al margen de que los santiagueses sí notarán la subida derivada de la actualización de los valores catastrales del 2010, que se traduce en subidas medias anuales próximas al 6 % hasta el 2019.

La «carga real» será la misma, afirma la edila de Facenda, aunque no sería así para los inmuebles hasta ahora exentos de recargo y que representan, según los cálculos del 2013, en torno al 30 % del padrón del IBI. Porque además de la subida por la revalorización catastral pasarán a cotizar el 0,57 cuando hasta ahora su carga real era de 0,54.

El gobierno justifica la medida en la necesidad de mantener ingresos para asegurar servicios y afrontar más gasto social, y destaca que el IBI rústico seguirá en el 0,54. Pero, en situación minoritaria, todo apunta a que CA tendrá que modular las propuestas de subidas generalizadas que recoge el plan presentado a la oposición para las ordenanzas fiscales que ha sometido a debate, las que regulan los impuestos, y entre los que están también el de vehículos y el IAE.

Socialistas y nacionalistas entienden que será factible un acuerdo, para el que tienen predisposición. Pero ello requerirá rebajar expectativas por parte de CA. Porque después de haber reclamado en los últimos años bajadas en el IBI para aligerar la carga sobre los bolsillos de los compostelanos en plena crisis y para minimizar el impacto del recargo estatal, no comparten los posicionamientos «xeralizados» al alza de CA, en los que incluyen el mantenimiento de ese recargo. Sí están con la introducción de nuevas medidas bonificadoras, pero entienden que no es el momento de aumentar la presión fiscal cuando todavía no se ha salido de la crisis. No es lo que la ciudad necesita en estos momentos, coinciden, en línea también con el PP, que cuestiona el argumento de acercar el tipo del IBI a la media gallega sin tener en cuenta que «los valores catastrales de Santiago son de los más altos», además de observar que los inmuebles urbanos hasta ahora no sujetos al recargo estatal sufrirán una doble subida. La oposición considera que hay otras medidas para asegurar el nivel de ingresos a través de la lucha contra el fraude fiscal, la mejora de la gestión tributaria y con otra redistribución de la carga tributaria en otras ordenanzas.