«El maltratador no cambia y su víctima tiene que asumirlo»

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Presentó en El Corte Inglés «Psicología, entre la furia y la calma», que recoge las claves de la conducta humana

04 sep 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

La psicóloga gallega Pilar Enjamio presentó ayer en Santiago su libro Psicología, entre la furia y la calma, que recoge los artículos publicados en el periódico digital HuelvaHoy, y que viene a desgranar las claves que conducen a las personas a «adoptar un determinado comportamiento» ante una situación concreta. En sus páginas se analizan situación de maltrato de género, acoso escolar, protección del menor e, incluso, aporta detalles del perfil psicológico de los presuntos asesinos de Asunta Basterra, así como de los maltratadores y de las víctimas, en general.

-¿Cuál es el rasgo más coincidente y característico de los maltratadores?

-Nunca se presentan ante su círculo social como una persona mala. Todo lo contrario, son conquistadores y muy sociables. Personas aduladoras en el exterior y manipuladoras con sus víctimas. Son capaces de anular la personalidad y destrozar la autoestima de sus parejas. Los maltratadores no cambian nunca y sus víctimas solo consiguen escapar del maltrato cuando asumen que no cambiarán a sus maltratadores. Con medicación pueden estar controlados, pero no curados. Si toman alcohol o drogas agravan su patología y pueden ser letales.

-¿Por qué tantas víctimas perdonan a sus maltratadores y ofrecen nuevas oportunidades?

-Fundamentalmente porque sufren el síndrome de Estocolmo. Creen firmemente que podrán cambiar a sus maltratadores, pero tienen que asumir que no será así. Regresan una y otra vez convencidas de que será la última vez, pero en una de sus vueltas pueden morir a manos de sus torturadores. En una ocasión, una paciente me dijo que volvía con su marido porque iba a ir bien, le había comprado unos billetes para un viaje fantástico; pero volvió a la consulta. Su marido rompió los billetes de avión y se repitieron los episodios de violencia.

-¿Hay salida?

-Por supuesto. Yo propongo terapias de grupo, pero también terapia individual. Cada persona es diferente y, por esto, las terapias tienen que ser distintas. No se puede plantear terminar con la situación por los hijos, hay que hacerlo por uno mismo.

-Analizó usted el perfil de Charo Porto y Alfonso Basterra, ¿Qué puede aportar?

-Charo Porto tiene una personalidad infantil e inmadura. Basterra es dominante y tenía, en el día a día, ataques de agresividad. Charo odiaba a su madre y la veía reflejada en su hija.

Pilar Enjamio Psicóloga y escritora