Eixo Atlántico sugiere implicar a las aerolíneas y evitar peleas por vuelos
18 ago 2015 . Actualizado a las 15:34 h.El secretario xeral do Eixo Atlántico, Xoán Vázquez Mao, considera que la lucha entre los tres aeropuertos gallegos solo perjudica a Galicia y beneficia al de Oporto, «aínda que hai que recoñecer que eles non propiciaron as loitas entre eles». Vázquez aseguró que el camino es «pór aos nosos aeroportos a colaborar e non a pelexar polos mesmos vós» y apuesta por meter en el juego al aeropuerto de Sa Carneiro e implicar a las compañías aéreas para que los «turistas entren por Oporto e marchen por Santiago». Y considera que esta idea, propuesta por los socialistas compostelanos en una batería de medidas para potenciar Lavacolla, sería bien recibida tanto por el aeropuerto portugués como por las aerolíneas.
Claro que en esta opción no tendrían cabida las compañías de bajo coste, sino aquellas que tienen alianzas y que ya están operando así en otros aeropuertos europeos. «Hai precedentes. Non é nada novo, xa funciona en outros sitios», dijo. Xoán Vázquez Mao se mostró dispuesto a ser «mediador» para desarrollar la idea. Explicó que esta colaboración podría enmarcarse en un convenio marco entre el Norte de Portugal y Galicia, que «xa existe para outros temas e non hai razóns para que no caso dos aeroportos». Precisamente, «Portugal está a promocionar o Camiño Portugués e, de cara ao próximo ano santo, a idea de colaboración entre os aeroportos pode traer beneficios a ambos», explicó Vázquez Mao.
El peso de los empresarios
Reconoció el secretario xeral que una de las diferencias fundamentales entre la gestión de los aeropuertos gallegos y el portugués es que en Sa Carneiro interviene directamente el tejido empresarial de la zona vinculado directamente con el turismo. Considera que las negociaciones con las compañías aéreas deberían ser dirigidas por empresarios «por medio das Cámaras ou federacións». Sin embargo, no se muestra partidario de la financiación directa de vuelos, práctica que en Lavacolla inició en el 2005 Ryanair, y, en este sentido, copiaría el modelo portugués, en el que se ayuda a partir de un porcentaje de ocupación de los vuelos. De forma excepcional, y para demostrar la viabilidad de un destino, se mostraría a favor de la financiación a la compañía por un tiempo limitado.