Los familiares de los fallecidos en el siniestro de Angrois plantan 81 árboles en su recuerdo

x. m. santiago / la voz

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

En el pazo de Faramello (Rois) se está erigiendo poco a poco un jardín en recuerdo de todos los que el 24 de julio del 2013 perdieron la vida en el descarrilamiento del tren Alvia

27 jul 2015 . Actualizado a las 10:24 h.

El de Faramello (Rois) es uno de los pazos más bellos de Galicia. Sus finas hechuras de barroco compostelano con aires italianos conquistaron a grandes de la cultura gallega como Emilia Pardo Bazán o Rosalía de Castro. En ese monumental espacio y gracias a la altruista donación de los propietarios de la finca se está erigiendo poco a poco un jardín en recuerdo de todos los que el 24 de julio del 2013 perdieron la vida en el descarrilamiento del tren Alvia en Angrois (Santiago).

Gonzalo Rivero de Aguiar quiso que su pazo quedara para siempre ligado a la memoria de la tragedia y cedió una parcela a la entrada de la finca en la que se están plantando 81 árboles, uno por cada fallecido. Algunos de ellos ya crecen fuertes y otros fueron plantados ayer por los familiares de las víctimas mortales del descarrilamiento y por muchos de los afectados que pudieron salvar su vida. Como todo el jardín, diseñado por la Fundación Juana de Vega, la especie elegida es también simbólica, el cercis o árbol del amor, llamado así por la forma de sus hojas, que parecen corazones.

La de ayer es la segunda ocasión en la que la Plataforma Víctimas Alvia 01455 acude a Faramello en este segundo aniversario de la tragedia, ya que el pasado jueves celebró en el pazo una asamblea para preparar los actos del día 24 en Angrois.

El Xardín do Recordo quiere ser un homenaje para los que se fueron y una forma de que los que se quedaron canalicen sus emociones en un proyecto positivo. Javier García Municipio, padre de un joven fallecido en el siniestro, dijo con profunda emoción sobre la iniciativa que los 81 árboles permiten que «en la tierra donde los nuestros se fueron haya un recuerdo público, permanente y vivo de la existencia de ochenta inocentes».