Obradoiro, donde los pívots crecen

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Víctor Pérez, en una sesión de trabajo específico con Salah Mejri, en el Multiusos de Sar.
Víctor Pérez, en una sesión de trabajo específico con Salah Mejri, en el Multiusos de Sar. xoán a. soler< / span>

Víctor Pérez, ayudante de Moncho Fernández que centra buena parte de su trabajo en el juego interior del equipo, prepara ya el reto de Pustovyi, al que define «claramente como un cinco»

21 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Sar empieza a ser escala codiciada para pívots con proyección, un Obradoiro de cuatros y cincos que llegan con un bagaje de expectativas y se van con un repertorio muy mejorado en el equipaje. Kendall voló al Alba Berlín, Hummel a los Timberwolves de Minnesota, Salah Mejri al Real Madrid y Mike Muscala a los Hawks de Atlanta. Víctor Pérez, ayudante de Moncho Fernández, ha dedicado muchas horas al trabajo específico con todos esos jugadores, al margen de los entrenamientos de grupo. Una vez que concluyan las vacaciones, y a expensas todavía de los fichajes que están por llegar a la pintura, ya hay un nuevo proyecto a la vista: el joven ucraniano Artem Pustovyi.

El técnico santiagués dibuja el perfil de la última incorporación: «Es claramente un cinco. Mide 2,16 y tiene un físico muy atlético, muy móvil para su altura. Es lo que más nos llamó la atención. Esas son cosas que se tienen o no, innatas. Es joven, creemos que con una gran capacidad de mejora. Corre muy bien el campo, en el poste bajo es capaz de finalizar con sus dos manos y acredita tirito de media distancia. El porcentaje de tiros libres es bueno. Creemos que puede tener una mejora importante con el paso del tiempo».

Echando ya la vista al frente, anticipa los que se prevén serán los primeros escollos para el pívot ucraniano: «Tiene que ganar fortaleza física. A nivel de contactos, sobre todo, va a sufrir porque en ACB se permiten cada vez más cerca del aro. Ese cambio lo va a notar».

Lo que está claro es que el plan de ruta que prepara el Obradoiro para Artem Pustovyi seguirá las mismas pautas que los trazados en las últimas temporadas: «Nosotros lo primero que realizamos es un estudio del jugador, de las cosas que hace bien, de sus virtudes, y tratamos de explotarlas. A la vez, vemos las cosas que no hace tan bien y que queremos que implemente en su juego. También prestamos atención a aquellas que creemos que puede hacer con el tiempo».

Después, el día a día es el que va aconsejando reajustes o retoques, siempre con la intención de exprimir al máximo el potencial. «En los entrenamientos y en los vídeos -añade Víctor Pérez- se van constatando las cosas que hace bien, las que conviene reforzar, etcétera. El patrón de trabajo y de análisis es siempre el mismo, pero con cada uno vamos viendo en función de su rendimiento y vamos variando. No es algo rígido».

En la línea de Salah Mejri

Aunque nunca hay paralelismos exactos, el precedente más parecido a Pustovyi es el de Salah Mejri. Así lo entiende Víctor Pérez: «De todos los que han pasado es quizás el que está más cerca. Igual que él es un 2,16, también se asemeja en la contextura física, es delgado, móvil, puede jugar por encima del aro. Creo que tiene más poste bajo que Salah, pero también le va a costar. No tiene kilos para percutir e ir fuerte debajo del aro».

El ayudante de Moncho Fernández observa que hay muchos matices diferentes a la hora de trabajar con los cincos y con los cuatros: «En horas y análisis es igual. Pero son características distintas. Con unos te centras más en el poste bajo y finalizaciones de espaldas y con otros en el juego de cara y las finalizaciones hacia el aro».

Y luego está el caso de los polivalentes: «Jugadores como Maxi o Muscala pueden desenvolverse en ambas posiciones, o Kendall. Ese perfil de pívot que puede ir a los dos puestos da mucho juego. Lo que buscamos es adaptarlos a nuestra filosofía. Trabajar con un cuatro, como Keaton no tiene nada que ver con hacerlo un cinco como Miller. Tampoco con casos como el de Hummel, un cuatro muy cerca del tres, o un tres jugando en un cuerpo de un cuatro. El talento natural suyo para el tiro es algo que viene con él. Lo que intentas es explotarlo, sacarle el máximo rendimiento».

De lo que no tiene duda Víctor Pérez es de que la llave del éxito la guardan los discípulos: «Ponemos los medios e intentamos que el jugador mejore. Luego es él el que pone la mayor parte para que las cosas salgan, en función de su capacidad para asimilar el trabajo, sus características físicas, su talento innato... No todos lo tienen igual. Algunos necesitan más tiempo, otros van más rápido. Muscala es el que más rápido se adaptó a nuestro juego».

Perfil humano

Y hay otra clave que ayuda a acertar a la hora de salir al mercado de fichajes, la atención y el tiempo que el club dedica a recabar referencias personales de quienes entran en su radar: «Buscamos un perfil de jugador al que le guste trabajar, que tenga buenos hábitos, que sea buen compañero. Es difícil que venga un jugador al Obradoiro que no se adapte a esas características. Si no hay capacidad de trabajo, no vendría. Siempre intentamos informarnos muy bien. Da igual de dónde venga».

A la espera del nuevo cinco en el Obradoiro, Víctor Pérez resalta las cualidades que más le llamaron la atención en los jugadores de esa demarcación con los que ha trabajado en temporadas precedentes: «De Miller, sus manos, de las mejores en el juego interior; de Muscala, la capacidad para el rebote; de Salah, la intimidación; y de Kendall (que en el día de su presentación se había definido como un cuatro y medio), la inteligencia táctica».