El Obradoiro y Sar se dan otro abrazo

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Moncho Fernández, con los suyos.
Moncho Fernández, con los suyos.

Jugadores, técnicos y aficionados ponen el punto final a la campaña unidos en el mismo dial

25 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nos días como hoxe falar do partido faise difícil. Pasa a un segundo plano. É case facer unha valoración final da tempada e o primeiro que quero dicir é grazas a toda a xente que viu apoiarnos, a estar preto de nós, ao noso carón, a darnos todos os seus folgos e ter de novo gañas e forzas para o ano que vén. Grazas a todos os rapaces, aos xogadores por todo o traballo que fixeron, o mesmo que o staff técnico e toda a xente que hai detrás de nós. Respecto ao partido, penso que nos faltou un pouco de acerto e un pouco de defensa. Penso que, sobre todo na primeira parte, faltounos acerto en accións moi cómodas e un pouquiño máis de defensa durante todo o partido. Eles, coa calidade que teñen, fixéronnos moito dano».

Poco más de sí dio la última rueda de prensa de Moncho Fernández esta temporada, después de una nueva, sencilla y emotiva despedida de curso a pie de pista en la que la afición tributó su merecido y sentido homenaje a un equipo que hizo en Sar números de play off. Ese listón se le escapó al colectivo del Alquimista de Pontepedriña lejos de su feudo.

San Emeterio disfrutó

A San Emeterio, el jugador que decantó el encuentro en el último cuarto, no le sorprendió la estampa que pudo ver en Sar, con el público aclamando a los dos contendientes y esperando a que volviesen sus jugadores uno por uno: «Sabemos en la Liga como es esta afición, como gusta el baloncesto en este pabellón. A cualquier visitante que viene le gusta el ambiente. Es una cancha muy chula para jugar».

Lo cierto es que Sar ha demostrado hasta la fecha que sabe medir muy bien sus emociones. Empujó y tiró del equipo, que empezó a remolque, equilibró y acabó claudicando ante un rival con mucho talento y algo de cristal en la mandíbula. Pero ese empuje de ayer en el Multiusos sonaba distinto al de otras veces, liberado de la trascendencia de un resultado que no tenía más trascendencia para las hueste locales que las de añadir una nueva muesca en la culata de los partidos de casa.

La afición disfrutó de un curso sin sobresaltos. Y se lo hizo saber a los jugadores y al cuadro técnico. Todos se llevaron sus dosis de afecto. Y jugadores como Pumprla y Corbacho, que acaban contrato, o Kleber, que lo tiene pero también muchos pretendientes, ratificaron algo que sabían: que están muy presentes en las oraciones del obradoirismo, que estaría encantado de volver a verlos en Sar el próximo curso. Moncho Fernández decía esta semana que esperaba ver el «Todos xuntos, Obrá», Y, micrófono en mano, consiguió que Sar, al unísono, pusiese el broche coreando ¡O-BRA-DOI-RO!