El albergue de los sintecho de Xoán XXIII necesita más plazas que le impiden crear

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La sala de la imagen (en la última fiesta de Navidad) puede acondicionarse con camas.
La sala de la imagen (en la última fiesta de Navidad) puede acondicionarse con camas. Álvaro ballesteros< / span>

Tiene solo 24 camas y un espacio adecuado para la ampliación

29 ene 2015 . Actualizado a las 09:40 h.

Santiago solo cuenta con un establecimiento para acoger a las personas sintecho y este albergue depende de los frailes de San Francisco. En el centro de Xoán XXIII solo hay 24 camas, que muchos días son «insuficientes» para atender la demanda real de la ciudad. Francisco Castro, director del albergue, explica que el colectivo de las personas transeúntes «es imprevisible y, por eso una noche pueden venir treinta y otra veinte».

Hasta hace unos meses, en el albergue se habilitaban más camas para no dejar a nadie en la calle, pero la Xunta les impide superar el número de 24, que es «escaso muchos días». La razón tiene que ver con una norma que fija «un número de plazas por metro cuadrado», explica Castro, que lamenta una situación que es «producto de la burocracia», pero de «solución fácil». El director asegura que en el recinto hay «espacio de sobra» para montar más camas en el salón de usos múltiples, donde «además hay cuarto de baño» y un acceso preparado incluso para personas con discapacidad, que permitiría atender las necesidades que aumentan especialmente en días de bajas temperaturas.

 

 

Una situación «absurda»

 

La situación es tan «absurda», que incluso en la época de mejor situación económica el albergue se quedaba pequeño en determinadas fechas, y entonces se contaba con más camas. Ahora, con un incremento de usuarios, el tiene limitada su capacidad de prestar auxilio. Castro, sin embargo, apuntó que «no estamos dispuestos a dejar a nadie en la calle», por lo que si es necesario «nos arreglamos».

En el último año, el albergue dio cobijo a 600 personas que pernoctaron varias noches seguidas o no en el centro a lo largo del año. Aunque muchos son transeúntes, Castro apuntó que perciben que el número de los sintecho que se quedan fijos en Santiago está aumentando, por lo que se hace necesario un centro donde poder ofrecerles la opción de dormir a cubierto.