El deterioro de la torre sur impedirá retirar los andamios en primavera

x.r. santiago / la voz

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

La inclinación de este lado de la basílica es un factor clave de su mal estado de conservación

25 ene 2015 . Actualizado a las 09:59 h.

La Iglesia puso la primavera como final de las obras de la fachada de la Catedral. Pero aunque en el papel sigue manteniendo la misma fecha, es más que difícil que pueda cumplirse. La restauración de la torre sur o de las campanas entraña más complejidad de la prevista. Los trabajos iniciados en el pasado otoño han puesto en evidencia una situación peor de la que se esperaba en el monumental campanario.

Ya los promotores de la intervención estimaban que el estado de la torre no iba a ser el más saludable precisamente, pero no se esperaban que mostrase tan profundo deterioro. Los signos de desmejoramiento se evidencian esencialmente en la piedra.

La restauración recientemente finalizada de la torre norte o de la carraca era una prueba para enfrentarse a la difícil situación de la torre sur y se ha notado la diferencia. Los graves problemas estructurales y el serio deterioro pétreo en la torre de las campanas están provocados por diferentes circunstancias, pero hay una que interviene de forma palpable: su inclinación.

Situación inesperada

La torre está ladeada en torno a 60 centímetros, y eso constituye un problema que históricamente ha incidido en el tratamiento de esta parte de la Catedral para consolidar la estructura. Y ahora los trabajos en ejecución hacen patente la problemática actual. «Mientras no hay andamios, hay cosas que no se ven. Y esto está muy mal. La piedra está mucho peor, hay muchos problemas estructurales y hay elementos fracturados en la torre. No se esperaba un deterioro tan grande», arguye el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo.

Incluso las piezas metálicas de la torre sur están hechas una piltrafa. Son inservibles. Los operarios están en plena fase de desmontadura de los elementos que coronan la torre, como el cupulín, el pináculo o la linterna, igual que se ha hecho en el ala norte. Y ahí no cabe fijar plazos estrictos. Lo importante, para los responsables del templo, es que la intervención se haga en condiciones.

El objetivo es consolidar el monumento en las condiciones adecuadas e impedir que el agua se filtre y dañe la estructura catedralicia, a sabiendas de que el Pórtico da Gloria está debajo al otra lado de la pared.

las obras de la catedral