¿La torre norte? No estaba en buen estado antes de proceder a restaurarla, pero comparada con la situación de su vecina sur tenía mucho mejor pinta. La intervención la ha dejado «espléndida», según Daniel Lorenzo, y ahora mismo se están acometiendo las acciones finales a la vez que se va descubriendo por arriba con la progresiva retirada del andamiaje. «Estamos culminando el trabajo», recalca el director de la Fundación Catedral, quien apunta el hecho de que el invierno se esté portando mejor que el anterior.
Los trabajos podrían haber concluido ya, pero el convenio de la construcción retiró a los operarios durante las fechas navideñas. Durante parte de diciembre y enero las obras estuvieron paradas. Pero las instituciones responsables de la restauración no quieren urgencias que puedan acarrear malos resultados. «No vamos a estar obsesionados con los plazos», resalta Daniel Lorenzo.
De todos modos, ciudadanos y turistas irán contemplando paulatinamente la parte norte de la fachada catedralicia en las próximas fechas a medida que el andamio decrece.
¿Y qué ocurre con la parte central de la basílica? Está pendiente de un convenio de la Fundación de la Catedral y el Consorcio de Santiago, el organismo que financia la actuación. Esta tiene como objetivo restaurar la parte del frontispicio entre las dos torres. Abarca la fachada, la peineta, las torretas y las escaleras.
Ejecutar esta operación era importante para tratar el resto de la fachada, tanto en lo que atañe a su acondicionamiento como a su impermeabilización. A fin de realizar esa actuación el Consorcio dispone de cerca de dos millones de euros, aportados por la Consellería de Cultura. No obstante, probablemente parte de la obra sea financiada también con los fondos comprometidos por la Administración central, aclaran los responsables eclesiásticos.