Al menos cuatro locales reciben multas por la música en directo

x. r. santiago / la voz

SANTIAGO

El Ayuntamiento ha empezado a perseguir las actuaciones en los locales nocturnos.
El Ayuntamiento ha empezado a perseguir las actuaciones en los locales nocturnos. sandra alonso< / span>

El sector expresa su «fuerte malestar» por la medida del Concello

05 ene 2015 . Actualizado a las 12:11 h.

Los pubs de la zona vieja no se hallan en su mejor momento. Y quienes tienen la oportunidad de utilizarlos como escenario para sus actividades artísticas, tampoco. Un músico que se gana su vida en uno de estos establecimientos, Tomás Porteiro, lanza su grito al cielo por la prohibición de actuaciones en los locales, que supone cerrarle una puerta a él y al público.

En efecto, la gran mayoría de los pubs del casco antiguo no pueden programar legalmente actividades musicales ni de otro tipo. La permisividad que ha venido mostrando el Ayuntamiento compostelano se ha roto y una serie de locales se enfrentan a fuertes multas por promover conciertos o actuaciones de diferente índole.

El último año ha sido nefasto para los locales nocturnos que no se limitan a servir bebidas, y las penalizaciones han empezado a llegarle a distintos propietarios. Al menos cuatro locales han sido expedientados, de forma que se ha generado un temor que en ciertos casos les ha conducido a suspender su programación cultural. La retirada de licencia y la imposición de sanciones de diferentes cuantías, algunas de ellas de 2.000 euros, son las medidas amenazantes que los locales se encuentran sobre la mesa.

Frontalmente, la asociación de vecinos del casco histórico y la plataforma «Santiago sin ruidos» han expresado su descontento por los ruidos de ciertas áreas saturadas de la ciudad y reclaman medidas al Concello. Los dueños de los establecimientos se muestran disconformes con las denuncias vecinales y lamentan su influencia negativa en Raxoi.

Cultura secuestrada

«Estamos coa cultura secuestrada. Esta situación é moi negativa para a dinamización cultural do casco vello», resalta el titular de un establecimiento, quien recalca que lo que se está haciendo es reducir los locales a la condición de «abrevadeiros», dice un representante del sector.

Otro integrante de la hostelería nocturna del casco viejo considera que con la prohibición de la cultura en los recintos «se está empobrecendo a zona vella». Niega que los conciertos originen perjuicios sonoros para la ciudadanía: «No noso ánimo está o respecto ao descanso da xente e o mantemento dunha convivencia coa veciñanza».

Señala que «aparte de que o músico non toca, hai moita xente que demanda que os locais lles ofrezan algo máis que copas». Tomás Porteiro, uno de los músicos afectados, es un graduado en economía, con estudios en ciencias políticas y en música. «Ahora mismo mi actividad profesional es la de músico. Desempeño esa actividad en los bares de Santiago esencialmente», dice Tomás, que ve como se esfuma su medio de vida: «No sabéis las consecuencias vitales que está teniendo vuestra actitud persecutoria y represiva en las vida de algunos de nosotros», dice dirigiéndose a la plataforma de ruidos y a los vecinos denunciantes.