La plataforma contra el ruido considera que muchos locales no se ajustan a las licencias

x.r. santiago / la voz

SANTIAGO

Mantendrán la campaña contra la elevada acústica de los establecimientos nocturnos en las rúas del casco viejo afectadas

27 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La plataforma contra los ruidos y la asociación de vecinos del casco histórico, el ámbito más conflictivo de la ciudad, denuncian las declaraciones de la asociación Cidade Vella en el sentido de que la zona necesita que haya ruido porque está «esmorecendo» y resaltan que «la hostelería nocturna incumple reiteradamente las ordenanzas». A juicio de las entidades denunciantes, «los excesos de ruidos y abusos convierten la noche compostelana en una ciudad sin ley».

Los dos colectivos están inmersos en una campaña destinada a paliar la sonoridad procedente de las zonas de locales, lo que abre una batalla contra los establecimientos nocturnos y contra la «poco contundente» política municipal en materia de ruidos.

En respuesta a Cidade Vella, los vecinos denunciantes reclaman que Santiago «tenga una condiciones acústicas y ambientales que garanticen una mínima calidad de vida, como amparan la Constitución y las leyes vigentes».

Los directivos de Cidade Vella pusieron de relieve que el casco histórico está «esmorecendo», y que el ambiente de antaño está desapareciendo de una zona «que estaba chea e agora non ten a ninguén». Señalaron que los locales están cumpliendo sus horarios y sus condiciones de sonoridad, aunque dejaron ver que no pueden controlar, porque no tienen capacidad para ello, a la gente que sale a la calle. «La hostelería no es culpable de los ruidos», subrayan los representantes del sector.

Ante esta posición de la entidad que aglutina a gran parte de los locales de la zona histórica, la asociación vecinal y la plataforma contra los ruidos manifiestan su disconformidad y acusan a los establecimientos de impedir el descanso en Entremuros y otras calles, como Azabachería, Xelmírez o San Paio.

Práctica común

«Si la ciudad histórica "esmorece", como dice el señor Villasenín, es fundamentalmente por la expulsión de residentes quejados por la lacra del ruido nocturno», señalan. Recalcan que «muchos locales nocturnos incumplen el horario de cierre de forma reiterada», los establecimientos realizan «actividades no autorizadas, como actuaciones musicales en directo» y existen locales con licencia de bar que «tienen unos enormes altavoces».

Los denunciantes claman contra la inseguridad que se genera en los locales repletos y dejan constancia de que hay actividades que no se corresponden con las licencias concedidas. «Es práctica común otorgar licencias que se extienden a toda la superficie del local y que generalmente desamparan el desarrollo de la actividad en los sótanos. A pesar de ello, una vez recibida la licencia es habitual celebrar la actividad en cualquier punto del local, incluidos sótanos sin suficiente altura libre ni recorridos de evacuación adecuados», señalan los vecinos.

Explican que han solicitado por registro a la administración el tipo de licencias de los locales de hostelería, sin resultado positivo. En todo caso, recalcan que mantendrán la campaña contra los ruidos que han emprendido.

En ese contexto, la asociación vecinal del casco histórico, Compostela Vella, ha hecho público un manifiesto en el que exige al Concello actuaciones firmes. «Es inaplazable resolver los graves problemas causados por el ruido y vandalismo nocturno, porque afectan a la salud física y psíquica de los compostelanos», afirman tras acusar a los partidos políticos de abordar este problema en época electoral y «una vez conseguido el poder, las promesas se esfuman».