Darío Villanueva presentó en Santiago el nuevo diccionario de la RAE, «una rareza»

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Alvaro Ballesteros

Celebró en Compostela, ciudad de la que es vecino, su primer acto oficial como director de la Real Academia Española

16 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El nuevo director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, celebró su primer acto oficial desde que asumió el cargo en Santiago, en donde presentó rodeado por vecinos y amigos la última edición del Diccionario de la lengua española con la que se conmemora el tercer centenario de la institución. Villanueva, acompañado por el también académico Guillermo Rojo, el alcalde compostelano Agustín Hernández y la senadora María Jesús Sainz, calificó el diccionario publicado por Espasa como «una rareza», por «el milagro» que significa que con el planteamiento de la RAE se pueda publicar una edición «tan excelente», dijo. Y especificó que el procedimiento es inusual porque sigue siendo obra de los académicos, como lo fue en su origen, y se consulta con todas las academias americanas y con la filipina (próximamente, también, con la academia ecuatoguineana).

Villanueva defendió, en la tercera ciudad española en la que se presenta, el contenido de la vigésimo tercera edición del diccionario de la RAE y en cuanto a la forma del mismo incidió de nuevo en que para las siguientes se caminará hacia un formato digitalizado y más funcional. «No tiene todo el español, tiene lo que le cabe» en los 95.000 lemas recogidos, argumentó, y «las palabras que no están es por algún motivo y no por ello supone su condena», añadió.

En un ambiente más distendido, explicó que la inclusión o exclusión de un término es lo que motiva los debates «más encendidos» del pleno, incluso durante varias sesiones. Una de las palabras más increpadas que recoge esta nueva edición es, según señaló el ex rector de la Universidade de Santiago y actual director de la RAE, la de amigobio, término con el que se conoce a dos amigos que mantienen relaciones sexuales sin considerarse novios.

«Lo dicen doscientos millones de hispanohablantes», defendió, y en ediciones anteriores «ya había marinovio, que se refiere a una pareja que convive como un matrimonio sin estar casados, y nadie se escandalizó», apostilló. Continuando este debate en tono distendido, incidió que el amigobio se conoce aquí como el «amigo con derecho a roce» y algún otro término más soez que ni quiso mencionar. «En general, los hispanohablantes americanos son mucho más finos que nosotros», concluyó, respondiendo a quienes increparon a la RAE «como si ya estuviéramos un poco chochos» por añadir el término de la polémica.

En la buena dirección

«Estos sobresaltos los tienes que ir superando y nos indican que vamos en la buena dirección», incidió Villanueva, quien sin abandonar el tono jocoso aseguró que lleva tiempo intentando que su familia se refiera a él como papichulo, otra de las palabras que han generado expectación.

Haciendo un balance más general, subrayó que el nuevo diccionario «incorpora importantes novedades respecto al anterior», publicado hace trece años, en el 2001. Y se refirió a la situación que le toca vivir al frente de la Real Academia Española como un «momento extraño pero realmente prodigioso, de una institución que empezó a trabajar en el año 1713 y sigue en pie pese a todos los avatares».