La Xunta de Goberno aprobó ayer el expediente y la apertura del procedimiento de adjudicación del derribo de la Casa da Xuventude, situada en la praza do Matadoiro. Este trámite supone el inicio de la cuenta atrás para que la piqueta termine con una edificación que ha acumulado críticas casi desde sus primeros días de existencia. El alcalde de Santiago insistió en recordar que la decisión de tirar el edificio responde a un acuerdo de todos los grupos municipales y apuntó que la ubicación de este edificio fue un «error» desde el principio.
La demolición del inmueble tendrá un coste de algo más de 165.000 euros y un plazo de ejecución de tres meses. La previsión del Concello es que el trámite administrativo que se inició ayer se desarrolle a lo largo de dos meses, por lo que se calcula que la casa se vendrá abajo entre abril y mayo del próximo año.
Pero con el derribo del inmueble no se terminará la actuación sobre la zona. Agustín Hernández insistió en recordar que la demolición es solo una parte de la actuación, que se completará con la puesta en valor de la plaza para ganar el espacio para los ciudadanos y, lo más importante, se actuará en el lugar para mejorar el acceso al parque de Belvís, que ahora está «oculto».
Ante la insistencia de la plataforma en defensa de la Casa da Xuventude, el alcalde dijo que la propuesta «que coñezo é inviable tecnicamente», aseguró que «non coñezo ningunha proposta realista» y tampoco parece que pueda desarrollarse por cuestiones económicas. En cualquier caso, Agustín Hernández se mostró dispuesto a «escoitar ao colectivo cando soliciten unha xuntanza».