Hallan dos posibles campamentos romanos similares al de Negreira

emilio Forján NEGREIRA / LA VOZ

SANTIAGO

El recinto amurallado romano podría estar en esta aldea.
El recinto amurallado romano podría estar en esta aldea.

Su localización puede alterar la historia de la llegada del ejército de Roma

12 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Un nuevo trabajo de investigación da cuenta del hallazgo de dos nuevos posibles campamentos romanos que se sumarían al de O Cornado, en Negreira, lo que a juicio de sus autores «comeza a retratar unha nova visión do proceso da conquista romana no occidente da Gallaecia». Además, como reconoce Manuel Gago «un dos grandes enigmas arqueolóxicos de Galicia é que non sabemos como se produciu realmente esta conquista», sobre todo porque hasta ahora existía una «ausencia» de evidencias sobre la ubicación de los campamentos militares, aparte de los históricos de A Cidadela, en Sobrado dos Monxes, y Aquis Quenquernnis, en Bande (Ourense).

La apertura de archivos históricos como las fotografías áreas que los nazis realizaron para Franco, o las tecnologías digitales del terreno permiten descubrir lo que sucedió en las guerras de hace más de dos mil años en la antigua Gallaecia, dejando en entredicho la teoría de que los romanos conquistaron nuestro territorio entrando desde El Bierzo.

El primer encuentro arqueológico Las guerras Astur-Cántabras, celebrado la pasada semana en Gijón, supuso la primera presentación del hallazgo del posible campamento romano de O Cornado. El equipo formado por los arqueólogos José Manuel Costa (USC), Rebeca Blanco (Incipit-CSIC), así como el experto en sistemas de información geográfica aplicados a la arqueología, João Fonte, y el propio Manuel Gago, director del portal culturagalega.org, presentó esta comunicación sobre la presencia del ejército romano en el occidente de Galicia.

Al recinto de O Cornado se le unen el sitio arqueológico de Campos, en Vilanova de Cerveira, y el de Ferreira de Valadouro, en A Mariña. Los tres tienen en común su proximidad al mar y a minas de oro y hierro para costear los fondos de las conquistas del Imperio Romano. Son los tres primeros de un proceso más grande, donde al menos hay localizados otros cuatro más, que deben ser analizados.