Indignación en Vite tras el apagón por orden judicial

x.r. santiago / la voz

SANTIAGO CIUDAD

Los vecinos denuncian la inseguridad creada en la zona y el Concello pide a la jueza alternativas

02 oct 2014 . Actualizado a las 09:20 h.

El apagón en las rúas del entorno del parque Pablo Iglesias (además del propio parque) decretado por la jueza que investiga la muerte de una menor electrocutada en Vite ha caído mal entre el vecindario afectado. Son muchas las voces recogidas por este medio que no disimulan la indignación por el corte del alumbrado público. Hasta el mismo pazo de Raxoi han llegado las quejas, de forma que el gobierno local remitió una carta al juzgado de instrucción número 2 para pedirle a la magistrada que permita algún tipo de iluminación alternativa en las calles afectadas, Blanco Amor y rúa de San Caetano.

Especial incidencia ha tenido el apagón en la primera de las rúas, muy poblada y en donde ayer noche reinó la oscuridad total y el miedo, según muchos vecinos.

«Le invito a que venga una noche por aquí y verá el panorama con el que se encuentra», dice Antonio, que reside en una de las primeras viviendas de la rúa Blanco Amor. Como alternativa remite a la película de terror 30 días de oscuridad, de David Slade. Recuerda Antonio que la zona no está exenta ni mucho menos de mentes vandálicas y de gente de malvivir. «Lo peor de todo es que se ha creado un clima de inseguridad con esta oscuridad tremenda, pero ninguna patrulla policial ha venido por aquí».

El juzgado número 2 dictó este martes un requerimiento al Concello que instaba al corte de suministro eléctrico al que pertenece la línea en la que se produjo del incidente como medida de seguridad. Pero ello crea otro tipo de inseguridad. «A min paréceme ben que a xuíza decrete a medida do corte mentres non reparen o alumeado», dice Tomás, que entra en un portal con su bebé en brazos.

Sin luna, atemoriza

Pero a renglón seguido espeta: «Que repoñan axiña a luz porque esta rúa é moi pechada e non ten saída. Hai que verse aquí de noite. Se non hai lúa esta rúa acojona un pouco. Non é unha rúa aberta como outra».

A Leticia le parece lógico el corte en el parque, pero no en su calle. «Es muy peligroso. Te pueden hacer daño o rayarte el coche. Mi hermano Esteban viene de trabajar a las diez y no sabe ni dónde pisa», dice. Su madre, atenta, agrega indignada: «Es una barbaridad, una vergüenza».

«Non me parece nada ben que isto quede a oscuras. Por aquí hai xente moi pouco recomendable», indica Alberto, preocupado por la inseguridad que se genera y porque una hija suya llega a las 23.00 horas de trabajar en un centro comercial y se encuentra con una oscuridad absoluta.