Los vecinos de Coira y el ADIF estudiarán alternativas a la línea de alta tensión del AVE

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

Los residentes advierten de los efectos perniciosos que los 220.000 voltios de corriente pueden tener para su salud

06 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los vecinos de Coira, una pequeña aldea de 70 habitantes situada entre Ames y Santiago, no están dispuestos a vivir el resto de sus vidas con una línea de alta tensión de 220.000 voltios bajo sus pies. El ADIF quiere este tendido subterráneo para atender una subestación que abastecerá al tramo del AVE que pasa por el lugar. Los coirenses se oponen rotundamente y ayer comenzaron a recoger firmas contra el proyecto y organizaron una concentración de protesta que reunió a toda la localidad. Temen, sobre todo, los efectos perniciosos que la instalación pueda provocarles. «Hai moitos estudos nos que se relacionan as liñas de alta tensión co alzhéimer ou con cancro. Non imos permitir que xoguen co noso futuro e co dos nosos fillos», advierte David, uno de los portavoces del colectivo.

En la concentración de ayer estuvo presente el alcalde de Ames, Santiago Amor (PP), que se ofreció a mediar entre los vecinos y el ADIF. El regidor explicó que la semana que viene tendrá lugar una reunión en el Concello para buscar alternativas que satisfagan a los vecinos. Ellos ya advierten que no van a aceptar compensaciones de ningún tipo y que lo único que asumirán es que se desvíe la línea de alta tensión del AVE.

Obras paralizadas

Mientras no se llega a un acuerdo, el alcalde amiense ha solicitado a la empresa encargada de las obras que las paralice. Santiago Amor se ha puesto en contacto además con su homólogo de Compostela, Agustín Hernández (PP), para informarle de una situación que también le afecta, ya que toda la zona sur de Coira está en el término municipal capitalino. «Los vecinos necesitan más información sobre el proyecto, porque no la han tenido debido a que esta es una obra del Ministerio de Fomento. Vamos a hacer todo lo posible por que la tengan y por buscar soluciones», explicó Amor.

Los vecinos están dispuestos a todo para defender la aldea. «Como se nos temos que amarrar ás máquinas», advierten. Días atrás ya cruzaron los coches en la pista central del lugar, a lo largo de la cual iría la línea de alta tensión. Así lograron detener unos trabajos que están ahora suspendidos. El siguiente paso será constituirse en plataforma para continuar con sus reivindicaciones hasta que logren evitar que el tendido con sus 220.000 voltios parta en dos su hogar.