Desde una mujer presumida a otros que muestran pesimismo

La Voz

SANTIAGO

29 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Entre las personas que atendieron en este primer año en que el CHUS acercó el registro de atenciones previas encontraron reacciones muy dispares, incluso completamente opuestas. Ana Guillén recuerda «una mujer, muy presumida y muy atractiva, que decía que quería que se aprovechase al máximo su cuerpo». José Luis Barreiro señala casos contrarios «de personas que, por su estado de salud, afectadas por una enfermedad muy grave, dicen que cuando fallezcan no se podrá aprovechar nada de ellas». Entre estos dos extremos hay muchas anécdotas, indican.

Algunas personas se acercaron para hacerse donantes de órganos y, cuando se les informó de la posibilidad de formalizar las instrucciones previas, que desconocían, no lo dudaron: «Aunque se tenga el carné de donante de órganos, quien decide si se dona o no es la familia; con las instrucciones previas, al ser un documento formal donde la persona expresa su voluntad, es más factible que se cumpla, porque además consta en la historia clínica», indica Ana.

Además, «mientras alguien pueda expresar su voluntad, esta prevalece sobre el documento, que se puede cambiar en cualquier momento, o anular. Está pensado para respetar la voluntad cuando se sea incapaz de expresarla y no se pueda manifestar», agrega Ana Isabel Guillén.