De sorpresa cogía a algunos vecinos el corte de agua, como a la priora de la iglesia del Carmen o los vecinos de la rúa Espirito Santo, que no estaban en la lista de afectados. Algunos negocios, como el hotel Santa Clara, creen que deberían de consultárseles las obras. Más coordinación por parte del Concello también lo pide José Hermo, del bar O Braseiro, que achacó por la mañana estos contratiempos a que «non temos corporación municipal que loite polos nosos intereses». Por la tarde el BNG exigía en un comunicado «unha supervisión constante» para evitar molestias vecinales. Patricia, de Antonio Peluqueros, se sintió «en el medievo» lavando cabezas con baldes de agua caliente. «Esto no es un reventón, lo podrían planificar mejor recuperando el agua a la hora de comer», comenta. En este caso en el que se necesitaba vaciar toda la red de tuberías no era posible. Los vecinos son más comprensivos siempre que sea a mejor. «A ver se non nos baldean máis os coches coa auga das cunetas», espera Dolores Varela de una obra que seguirá presente en sus vidas varias semanas.