Melide viaja al medievo con mercaderes y saltimbanquis

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

SANTIAGO

NOGUEROL

El casco viejo de la localidad tendrá estos días ambiente y animación de la época

13 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Melide abrió ayer las puertas de su casco viejo transformado en un mercado medieval que creció en cantidad y en calidad respecto al que por estas fechas se inauguraba hace un año como aperitivo de las fiestas en honor a San Roque. Aunque se quedó sin bienvenida oficial porque la lluvia que cayó a media tarde obligó a suspender el acto, la presente edición de la secular feria promete dejar un mejor sabor de boca hasta el jueves, que será cuando el solista de Luar na Lubre, Bieito Romero, que estaba llamado a ejercer ayer de pregonero, volverá a la localidad para despedir un viaje en el tiempo en el que el pasajero puede encontrarse un poco de todo.

Y sin contar con ello, además, Porque saltimbanquis, acróbatas, bufones y titiriteros asaltarán durante los próximos dos días las calles antiguas de la localidad, ambientadas con puestos de mercaderes y artesanos como Benjamín Fernández, hijo de un orfebre sevillano que vende cuidadas piezas de bisutería en metal que se trata «para que no den alergia», explica. Aunque tienen un precio más que asequible, él asegura que, tras pasarse el verano recorriendo ferias temáticas en la comunidad, la mercancía tiene salida «porque las gallegas sois muy coquetas».

Un paisano suyo de Jaén, Manuel Tribaldos, muestra en el mercado medieval de Melide sobre un centenar de variedades de hierbas medicinales, infusiones y especias. La mayoría son de cultivo propio y otras las importan de China y Sudamérica. Las hay para curar todo tipo de males, salvo el de amores. Y de recorrer mercados estivales también llegó a la localidad melidense José Carlos Fernández, un herrero de Segovia que deseaba más que nadie que la lluvia cesase para enseñarle a la gente el trono vikingo que montó para la ocasión «con pieles, calaveras y dragón». Y «les gusta», decía.

Velas aromáticas, jabones naturales, artesanía con maderas gallegas, expositores de ropa y complementos en los que improvisar un look medieval... no falta de nada, si acaso dinero, en el mercado medieval de Melide, donde también sobra vianda para llevarse a la boca. En los puestos concentrados en la plaza de As Coles, el visitante puede dar buena cuenta de ello. También los pequeños de casa de los reclamos pensados para ellos, como los paseos en burro o el tiovivo de madera.