El comercio ve más ventajas que los vecinos en peatonalizar San Pedro

m. segade / M. mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Las últimas señales de circulación y bolardos de la calle se colocaron estos días.
Las últimas señales de circulación y bolardos de la calle se colocaron estos días. fotos < / span>estrela alonso< / span>

La rúa da acceso a veinticinco calles donde viven más de 5.000 personas

09 ago 2014 . Actualizado a las 10:40 h.

Hacer de lo que fue necesidad virtud y mantener la rúa de San Pedro sin tráfico está causando ampollas entre los vecinos. Tras la dilatación de las obras a un año se abrirá de nuevo este lunes al tráfico rodado. Pero tal decisión puede ser solo temporal. El concejal de Mobilidade, Alejandro Sánchez-Brunete, lo considera ahora inviable debido a las inminentes obras de Basquiños, pero el gobierno municipal no ha descartado peatonalizarla. En cierta manera la calle ya se ha hecho más incómoda con tramos estrechos para invitar al coche pequeño a tomar otras vías.

Y los sampedrinos mantienen las opiniones enfrentadas. La Asociación de Amigos de San Pedro asegura que en la reciente reunión con Sánchez-Brunete no se les planteó «ni que se lo estuvieran pensando». Los vecinos a los que dan voz «quieren y necesitan» el tráfico, que les acerca a los servicios por los que también han decidido vivir ahí. «La rúa une 25 calles de un barrio con 5.000 vecinos, muchos de ellos mayores. Algunos cogen un taxi para poder ir al médico», explica, y pide que «aunque sean más bonitas, las calles no son un museo, tienen que dar servicio».

A Xuntanza, la otra asociación, siempre privilegió al peatón. Garantizando el paso de los autobuses, propone peatonalizarla ciertos días de la semana. Ya en la obra de 1999, cuando la rúa se hizo unidireccional, lo consultaron en un referéndum donde los vecinos dijeron no, pero con los años el barrio se ha vuelto más laxo. La plataforma change.org recogió 1.600 firmas a favor de la exclusión de los coches. Tras ver el éxito -y la caja- de las Festas do Barrio o la Feira de la Primavera, muchos comerciantes no quieren el tráfico ni en pintura. Dicen que «la gente pasea con otro chip, se para a mirar los escaparates y eso en vehículo no lo harían». «La gente sube del centro con la compra hecha. Los coches que pasan no son nuestros clientes», explica un comerciante. Otros acusan a estos de pensar que vivimos «en Benidorm y se va a llenar todo de terrazas y gente comprando». Y como la última palabra la tiene el Concello, no es de extrañar que viendo los ánimos entre los que creen que la peatonalización volvería al barrio «marginal» o «elitista», muchos vecinos se acojan a la respuesta gallega: «No sabe, no contesta».