Más de 7.000 pacientes con cáncer contribuyen al Biobanco del CHUS

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

ESTRELA ALONSO

En el último año sirvió 1.337 muestras para 15 proyectos de investigación

03 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Desde que empezó a funcionar, en 1993, más de 7.000 pacientes con cáncer han contribuido para formar el Biobanco del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Según su más reciente balance, hasta finales del 2013, su archivo contiene 14.163 muestras, correspondientes a 7.226 casos. El último año sirvió 1.337 de esas muestras para ser usadas en 15 proyectos de investigación, para mejora de la salud en diferentes ámbitos.

Empezó como Banco de tumores, y desde el 17 de julio del año pasado su nueva denominación, como Biobanco, «es más apropiada, pues podemos almacenar además sueros, sangre, o tejidos de todo tipo, entre ellos normales», afirma su director científico, Máximo Fraga, médico especialista en anatomía patológica. El personal lo integran además Paula Vieiro, técnica especialista en anatomía patológica; y Lydia Fraga, responsable de gestión.

Las muestras que almacena proceden de biopsias de pacientes. «Son excedentes de una biopsia, que no se utilizan para el diagnóstico», matiza Paula Vieiro. Disponen de tecnología para extraer ADN -la principal información genética de un organismo- a partir de sangre y tejidos, que es lo que conservan.

Sin negativas

Además, procesan la muestra y proceden a su tinción Todas las muestras se codifican y su uso es anónimo y confidencial, nunca el investigador puede acceder a datos personales.

El Biobanco tiene como principal objetivo servir de plataforma de apoyo al Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS) y al Sergas. Ofrece muestras con la más alta calidad y con información clínica asociada, codificada, y servicios complementarios. Pretende favorecer los nuevos retos de la medicina personalizada, porque las manifestaciones de las enfermedades son diferentes en cada paciente.

La importancia de los biobancos se basa en que son herramientas imprescindibles para facilitar la investigación biomédica atendiendo a la creciente demanda de muestras biológicas de calidad para avanzar en las investigaciones, insisten.

Cada paciente tiene que dar su consentimiento para que sus muestras se incluyan en el Biobanco. En estas dos primeras décadas ningún paciente se negó a colaborar, sostienen. La demanda y prestaciones del Biobanco van en aumento: «cada año recibimos más aportaciones y participamos en más investigaciones; y en los 7 primeros meses del 2014 nos requirieron para más de una veintena de investigaciones», explica Lydia Fraga. Esto provoca que sus instalaciones se queden escasas y que gestionen su ampliación, agrega Máximo Fraga.

Siete ultracongeladores

Así, «servimos muestras según las características que nos piden: de un determinado cáncer, de una edad concreta, con el perfil molecular determinado que se nos demande, y eso facilita la investigación. Para conservar las muestras disponemos de siete ultracongeladores: seis a menos 80 grados, y uno de menos 125 grados. Cuanto más reciente es la muestra mayor es la calidad, aunque puede durar muchos años siempre que la cadena de frío funcione bien», manifiesta Máximo Fraga.

«Realizamos controles de calidad periódicamente, y hay muestras del inicio, de 1993, que están en perfectas condiciones», asegura Paula Vieiro. «Cuanto más se familiarizan con nosotros los investigadores, más nos demandan, muestras, tejidos, y servicios», apunta Máximo Fraga.

«También ayudamos para solicitar y gestionar proyectos en su desarrollo inicial, damos soporte administrativo y técnico a la investigación, sobre todo cuando trabajan en proyectos que requieren la recopilación de muestras humanas», explica Lydia Fraga.

«Cuanto más se familiarizan con nosotros los investigadores, más nos demandan»

Máximo Fraga