Hernández y Fernández destacan los vínculos jacobeos de ambas villas
29 jul 2014 . Actualizado a las 11:21 h.Los alcaldes de Santiago y de Padrón se dieron la mano un año más en el centro del Obradoiro, aunque en esta ocasión la del regidor capitalino era otra, la de Agustín Hernández. Como cada 28 de julio, la capital invita a sus hermanos padroneses para celebrar su día dentro del programa del Apóstolo, de la misma forma que en la Pascua los padroneses festejan una jornada dedicada a Santiago.
Los anfitriones recibieron en la plaza a la comitiva del Sar, que llegó con quince minutos de retraso. Tras el tradicional saludo, procedieron al intercambio de bastones y pendones de las banderas de cada concello. Los turistas que se habían acercado a visitar la Catedral no pudieron resistirse a presenciar la ceremonia y registrarla en sus cámaras, atraídos por la solemnidad de un acto en el que siempre destaca por sus vestimentas la presencia de los maceros y la guardia de gala.
Tras el saludo, y ya en el Ayuntamiento, los dos regidores destacaron la buena relación entre las dos localidades y los sólidos lazos que las unen. Antonio Fernández, el de Padrón, dijo sentir «unha gran honra» por visitar Santiago y dirigió al nuevo alcalde sus mejores deseos para el mandato que inicia. También mencionó los proyectos comunes de ambos municipios, que espera que se mantengan y se multipliquen, y cerró su discurso reflexionando acerca de que «a historia de Padrón non se pode explicar sen a de Santiago e a de Santiago tampouco se explica sen a de Padrón».
Hernández, con la cruz compostelana al cuello, remarcó la buena sintonía con los padroneses y la influencia en la capital de sus ilustrados, como el obispo Teodomiro, el arzobispo Xelmírez y Rosalía de Castro, aunque esta última con raíces en Santiago. También recordó la «admiración y reconocimiento» entre ambos concellos que «nacieron alrededor del sepulcro, y cada fiesta es un símbolo que honra la hermandad».
Tras los discursos, la comitiva disfrutó en el balcón de Raxoi de las actuaciones de sus bandas. Los padroneses, enfrentados a los compostelanos, interpretaron en el Obradoiro pasodobles y marchas de desfile para terminar con los himnos de Galicia y de España. Antes del encuentro de ambas corporaciones en el Obradoiro un equipo con una grúa intentó colocar en el balcón del Concello una escultura de Ramón Conde, aunque la retiraron ante la inminencia del acto. Finalmente se instaló más tarde.