Automóviles de época peregrinan desde Sarria y se lucen en Praterías

jael á. naya / i.c. SANTIAGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Los coches, que hoy se exponen en el Obradoiro, hicieron un vistoso desfile

16 mar 2015 . Actualizado a las 11:38 h.

El Centro Comercial Compostela fue la primera parada en Santiago de la habitual peregrinación organizada por el Club Gallego de Automóviles Antiguos. En esta ocasión, la localidad lucense de Sarria fue el origen de una expedición que transcurrió sin mayores sobresaltos que un pinchazo. Tras la comida, los propietarios dieron los últimos retoques a sus vehículos para posteriormente partir hacia la plaza de Praterías engalanados con ropas de la época de sus automóviles para participar en el concurso que empezaba a las 18 horas. El Club Gallego de Automóviles Antiguos realiza varias excursiones a lo largo del año y eminentemente en verano. La más larga, que suele durar cuatro o cinco días, siempre es la que los trae desde hace más de treinta años a Santiago. Durante este tiempo han realizado rutas por multitud de itinerarios del Camino, aunque como reconoce su presidente, José Luis Blanco, lo afrontan «cada año con la misma ilusión. Pensaba que llegaría un momento en que se gastaría, pero al contrario». No todos los vehículos que se pudieron ver ayer en Platerías y que se expondrán hoy, a las 12 horas, en el Obradoiro, iniciaron juntos la peregrinación. De hecho, el grupo que emprendió el tramo desde Monforte estaba compuesto por 16 vehículos, siendo el que venía de más lejos un Ford T de 1925 que salió desde Burgos. Una vez en la capital se fueron uniendo otros automóviles a los que el paso de los años no permite realizar semejantes travesías. Este es el caso del Dodge Brothers de 1914 de Leandro Mosquera Pampín, el segundo más antiguo del convoy, que a pesar de su excelente estado no tiene motor para estas historias. Al contrario que el autobús Setra S-6 de 1963, que tras completar la marcha sin ningún sobresalto fue una de las grandes atracciones de la jornada. Otras de las joyas que participaron en la exposición fueron el Panhard Levassor de Emilio Fraga Bermúdez, de 1912. El auto mantiene todas sus piezas originales incluida la matrícula, fue el vehículo 2530 de Madrid y, como destaca su propietario, «fue pionero en los coches por encargo», ya que se compraba chasis y motor y la carrocería se hacia al gusto. Otra de las piezas de museo es el Citroën BL 11 Cabrio de competición de Juan García, del que solo se fabricaron cien unidades. La suya en particular destaca no solo por su buen estado -llegó desde Vigo rondando los 100 kilómetros por hora-, sino por haber pertenecido a un joven y atrevido Ratzinger cuando seguramente aún no contemplaba su exitosa carrera hacia el papado..