De paseo por la historia medieval

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

MELIDE

El museo melidense ofrece una ruta que descubre a los vecinos su pasado

13 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Aquí hai moito que aprender».

Agora a repetir».

Satisfechas y con ganas de más, así se despedían ayer dos vecinas de Melide en el cruce de la calle Principal con la de A Moa y la rúa Nova. Acababan de participar en las visitas guiadas que este verano impulsó el Museo Terra de Melide para acercar a los vecinos su propia historia. En el punto de despedida, donde culmina una ruta por el caso antiguo de la localidad, es muy probable que se encontrase una de las puertas de la muralla que cercaba lo que fue un burgo medieval. Ni rastro queda del cerco, como tampoco del castillo edificado sobre un castro de la Edad de Hierro que fue «a principal sede da Mitra compostelana», explicó Cristina Vázquez Neira.

Ella y Xurxo Broz -ambos arqueólogos- guiaron el viaje en la máquina del tiempo. «Hai que botarlle imaxinación», decía. Y tanto que sí. A los pies de la cuesta que sube al lugar de O Castelo -el nombre es lo único que sobrevivió al paso del tiempo y a la mano del hombre- estaba la entrada principal a la fortificación. Era una propiedad también amurallada que se erigía como un obstáculo para que el Camino Francés discurriese por donde lo hace ahora oficialmente, por la rúa Principal, que, como tal, albergaba «toda a actividade gremial e artesanal». Por eso no es casualidad que allí también estuviesen la Casa de las Balanzas, donde se regulaba el peso de las mercancías, y la Casa de la Sal, que era la moneda de cambio de la época. También la Casa del Temple, como se llamaba la orden de guardianes del Camino.

Sí discurría el Camino Francés por la actual rúa de San Antonio, la que baja al albergue público de peregrinos. Y lo hacía de la mano del Camino Primitivo o de Ovedo. Hay una calle con ese nombre, el mismo que llevaba otra de las puertas de la muralla medieval de Melide. Se accede a ella desde la plaza de O Convento, que tampoco se llama así por casualidad. La historia cuenta que la actual iglesia parroquial y sus anexos fueron convento franciscano hasta 1842. De sus orígenes, que se remontan a finales del siglo XIV, solo se conserva la capilla lateral derecha del interior del templo. La edificación, tal y como hoy se conoce, es de ampliaciones posteriores, como la que se hizo, un siglo después, aprovechando la piedra del castillo, derruido en la segunda Revuelta Irmandiña. «A desfeita atribúeselle a eles, pero...», comentaba Xurxo Broz. Los Reyes Católicos no dejaron reconstruir el fortín que tenía en Melide del Arzobispado de Santiago. Y fue el cuñado del mitrado quien aprovechó la piedra. Se llamaba Sancho Sánchez de Ulloa, primer conde de Monterrei, y quien también mandó levantar en 1502 el hospital de peregrinos, hoy sede del Museo. La historia, que no deja nada al azar, junta en ese punto los Caminos Francés y Primitivo.

en directo en una visita guiada por el casco antiguo de melide