La estación de tren requiere ya una inversión de trece millones

M.O. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La llegada del AVE al eje atlántico obligará a adaptar vías y andenes

18 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La estación del AVE sigue siendo una incógnita una década después de que se pusiese fecha por primera vez a la licitación del proyecto. Se hablaba entonces del 2005. Claro que también la llegada de la alta velocidad se situaba en el 2007. Las tirantes relaciones entre el Concello y el ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) para fijar los usos lucrativos que habían de aligerar la inversión del organismo estatal arrastró hasta el 2010 cualquier atisbo de remodelación de la actual estación, con la convocatoria del concurso de ideas para resolver el proyecto constructivo al margen del desarrollo del resto del ámbito. El concurso había de resolverse a finales de ese año, pero con las elecciones del 2011 a las puertas se optó por seleccionar proyecto sin concretar la adjudicación.

A partir de ahí se abrió un nuevo período de parálisis confirmado en el arranque del actual mandato con la propuesta de Conde Roa de situar en Lavacolla el equipamiento intermodal previsto hasta entonces en el centro de la ciudad con la renovación total de la estación ferroviaria y el traslado al Hórreo de la terminal de autobuses.

Ángel Currás resituaría de nuevo el proyecto en el casco urbano tras dar el relevo a su antecesor. Un proyecto que depende del ADIF y del Ministerio de Fomento, que se redimensionará a la baja ?ya lo había advertido la ministra? y que está pendiente de que se resuelva el planeamiento de la zona, del que nada ha trascendido hasta ahora pese a que el alcalde anunciaba la inminencia de la licitación de su contratación hace un año.

Retraso tras retraso

Sostenía entonces también el regidor que el ADIF estaba ultimando el estudio de movilidad del ámbito para licitar el planeamiento. Pero el tiempo sigue corriendo. Y ahora ya más en contra que nunca teniendo en cuenta que el AVE llegará al eje atlántico este año y que la estación compostelana está pendiente de una inversión de 13 millones, esencialmente en vías y andenes, para adaptar la infraestructura básica al nuevo escenario.

Anunciada en su día por Currás, esa inversión, que incluye también reformas en el actual edificio y una pasarela peatonal de conexión con Pontepedriña, será la primera fase del proyecto de la intermodal. Y todo apunta a que a la segunda, la que definirá la entidad de la futura estación, aún le queda un largo recorrido.

Pero incluso la primera no parece que vaya a estar ejecutada, al menos en su totalidad, para este año, por mucho que la próxima reunión entre el alcalde y el conselleiro de Infraestruturas se pueda tomar por el preludio de la inminencia de un acuerdo para reactivar el proyecto. Así parece confirmarlo no solo el anuncio de esa reunión la próxima semana sino el hecho de que Currás haya urgido públicamente el convenio que ha de amparar esa inversión. Después habrá de venir aún la licitación.