La mayor parte de los restos contaminantes corresponden a escombros que aparecen en pistas forestales alejadas
03 abr 2014 . Actualizado a las 08:00 h.El Ayuntamiento de Ames ha intensificado su trabajo para la erradicación de vertederos incontrolados en el municipio, ya que en el primer trimestre del año la brigada medioambiental ha eliminado cerca de cuatrocientos puntos negros, cuando, según la misma fuente, en mayo del año pasado el cómputo por el mismo concepto fue de 186 vertederos eliminados.
A la hora de diferenciar el tipo de residuos, queda constancia de que los materiales procedentes de restos de obras menores se suelen tirar en pistas forestales alejadas, mientras que elementos voluminosos que sus propietarios podrían trasladar al punto limpio de Milladoiro aparecen cerca de los contenedores habituales de la basura, aunque los operarios de este servicio no los recogen, por lo que también constan en el registro de verteros ilegales que identifica y elimina el Concello de Ames.
El personal de la brigada realiza inspecciones periódicas por los puntos en los que se suelen arrojar residuos de forma incontrolada y también cuenta con el apoyo de lo ciudadanos, cada vez más concienciados y que frecuentemente avisan cuando descubren un foco contaminante.
En propiedad pública
Eugenia Marín, edila de Medio Ambiente, resalta que «o personal da brigada leva a cabo a recollida dos puntos de verquido de xeito manual, realizando despois a separación para poder levalos ao punto limpo». Y una vez allí, se analizan los residuos y se tratan convenientemente.
El Concello resalta que el registro de vertederos incontrolados incluye solamente aquellos que invaden espacio público, ya que si aparecen en terrenos de propiedad privada corresponde a sus titulares asumir el buen cuidado de los mismos y la retirada de todos elementos contaminantes.
Desglosados por meses, enero fue el de más intensidad de trabajo para la brigada amiense, que eliminó 137 vertederos, frente a los 126 contabilizados en febrero y 123 en marzo. La estadística no detalla las zonas más afectadas por este tipo de prácticas, pero confirma la abundancia, además de restos de obras, de electrodomésticos, muebles y madera.