El salto al empleo de los inmigrantes

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Llegan muchos menos que hace un lustro, y los que están se forman para integrarse

02 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Santiago nunca vivió las avalanchas de inmigrantes en busca de un futuro mejor tan habituales en otras ciudades españolas. Aquí, las colonias de latinoamericanos y musulmanes fueron haciéndose tímidamente un hueco en determinados barrios de la ciudad y, sobre todo, ocupando los pisos más baratos de localidades como Milladoiro (Ames). Su llegada, según comentó Miguel Fernández, del Foro pola Inmigración, no fue masiva y, desde el primer momento trabajaron para integrarse con el resto de la población de Santiago. Quizás por eso los inmigrantes de Compostela y entorno optaron mucho menos que los de otras zonas por coger el camino de vuelta a sus países de origen. Todo lo contrario. La inmensa mayoría, de los que llegaron en los años de la bonanza económica, se han quedado y no tienen la menor intención de abandonar España.

Miguel Fernández, del Foro pola Inmigración, reconoce que en Santiago ha caído el número de inmigrantes nuevos que llegan a la ciudad sin ninguna vinculación previa. Sí están llegando ahora, aunque no masivamente, emigrantes retornados, que son hijos o nietos de gallegos; y, por supuesto, familiares de extranjeros con mucha antigüedad en la ciudad y que se acogen a las políticas de reencuentro familiar. Esta circunstancia viene a reafirmar la idea de que los inmigrantes afincados en Santiago están totalmente integrados y, por eso, optan por traer al resto de sus familiares (padres, hermanos o hijos) para no volver a su lugar de nacimiento. Fernández apuntó que, entre los que vuelven, suelen encontrarse individuos solos sin arraigo o personas que, después de pasar por albergues, haber vivido en la indigencia o en la calle, regresan a sus países.

De los cuatro mil inmigrantes que residen en Santiago, unos 300 han conseguido la nacionalidad española. La mayoría tiene su situación totalmente legalizada y cuenta con las tarjetas de residente o comunitaria. Y si bien sigue habiendo un grupo de los llamados «sin papeles», el porcentaje de estos se limita a un 8 %. Los que no han logrado regularizar su situación, aún después de muchos años en el país, son aquellos que trabajan en precario, es decir, sin contrato, lo que es indispensable para obtener los papeles.

4.000

Inmigrantes

Extranjeros residentes en Santiago, entre los que puede haber personas sin empadronar.

300

Nacionalizados

El proceso puede durar varios años, pero ofrece una garantía de arraigo total.