Es una experiencia solidaria de la que, sin embargo, se recibe «moito máis do que lles das», afirma Uxía Fuciños Vázquez, un joven de Melide que ejerce como delegada en la zona de la oenegé Solidariedade Galega co Pobo Saharauí. Uxía habla con conocimiento de causa no porque trabaje de manera altruista para la entidad, sino porque conoce de primerísima mano uno de sus programas más conocidos, el de Vacacións en Paz, el mismo que cada verano facilita la acogida en la comunidad de centenares de niños del Sáhara que viven en el campamento de refugiados de Tinduf, en Argelia, donde las temperaturas estivales superan los 50 grados.
La familia de Uxía lleva seis años participando y por eso la joven melidense está en condiciones de animar a sus vecinos a sumarse a una experiencia que define como «inolvidable» y «enriquecedora». El llamamiento a acoger un niño saharaui durante los meses de julio y agosto lo hace extensible a los vecinos de Toques, Santiso, Arzúa, Sobrado dos Monxes y Curtis, la zona que tiene asignada junto a Elena Pérez. Las dos trabajan para reclutar familias de acogida, a las que Uxía Fuciños garantiza que recibirán «cariño e agradecemento» a cambio de asumir la manutención del pequeño, que, en ningún caso, tendrá más de 12 años. La revisión médica que también se les garantiza la asume la Consellería de Sanidade y los gastos de desplazamiento la propia oenegé a no ser que los propios Concellos, como hasta hace dos años hizo el de Melide, firmen el convenio que al respecto ya tienen sobre la mesa.