Tino Silva llevaba en la lista de cirugía desde el 17 de junio del 2009
19 feb 2014 . Actualizado a las 13:27 h.Cuatro horas de operación, un trato excelente y una recuperación lenta. Constantino Silva, Tino para sus familiares y amigos, pasó por los quirófanos del Complejo Hospitalario de Santiago el pasado 29 de enero. Él es uno de esos pacientes que elevan la demora de los hospitales públicos. Su traumatólogo le dijo que debía operarse de pies cavos, una excesiva elevación de la bóveda de la planta, lo que le produce molestias y dificultades al caminar. Pasó a engrosar las listas de espera el 17 de junio del 2009. Desde entonces pasaron 1.686 días y tres preoperatorios. No solo eso. Rechazó operarse en la privada, presentó quejas en atención al paciente, y envió sendas cartas al presidente de la Xunta, Núñez Feijoo, y a la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera.
A finales de enero, cuando su paciencia de paciente empezaba a agotarse y cuatro meses después de hacer el último de los tres preoperatorios -las pruebas de los dos anteriores tuvieron que desecharse al pasar más de seis meses-, por fin le llamaron para operarse. «Quero agradecer o trato a todo o persoal. Todos se portaron comigo estupendamente. E ademais traballan baixo mínimos. Outra cousa son os políticos», dice Tino mientras se recupera en su casa del barrio de Pontepedriña.
El temor de este compostelano era la entrada en vigor de la ley de garantías sanitarias aprobada por el PP -el próximo 3 de marzo-, ya que no quería que volviesen a remitirlo a un centro sanitario concertado. Al final pudo operarse en un hospital público, aunque las cifras de su demora, 55 meses de espera, difieren considerablemente de la media oficial y de los objetivos del Sergas. Los datos publicados por el Servizo Galego de Saúde reflejan que la demora media está en los 84 días, menos de tres meses, y el objetivo de la Xunta, recogido en su nueva ley de prestaciones sanitarias, es que los usuarios no esperen más de 60 días para determinadas patologías. Incluso existe ya un real decreto a nivel estatal y un decreto autonómico que fija una espera máxima de 180 días, seis meses, muy lejos de los casi 1.700 que aguardó Tino.
Llamada de atención
Está contento tras pasar por el quirófano y no tiene más que buenas palabras para el personal que lo atendió durante su estancia hospitalaria. Eso sí, Silva no olvida los días que pasó en la lista de espera de cirugía mientras los responsables sanitarios se llenaban la boca hablando de libre elección de centro y de tempos de espera máximos.