«La nanotecnología tiene aplicaciones en muchos campos»

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Arturo López Quintela trabaja en el laboratorio de la Universidade Nanomag.
Arturo López Quintela trabaja en el laboratorio de la Universidade Nanomag. fotos: < / span>xoán a. soler< / span>

Arturo López-Quintela patentó los clústeres atómicos, con diversos usos

08 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Toda una autoridad en el mundo que la química y de la nanotecnología es Arturo López-Quintela, investigador de la Universidade que allá por el 2005 patentó unas nanopartículas inferiores al nanómetro y compuestas por pocos átomos, que con el nombre de clústeres atómicos dieron origen a la spin off Nanogap. Ahora, el interés se está centrando en su aplicación como catalizadores, lo que abre un nuevo mundo de posibilidades para estos clústeres. Pero hay mucho más, porque «la nanotecnología tiene aplicaciones en muchos campos» y es capaz de abrir nuevas posibilidades ante, por ejemplo, nuevos materiales ya explotados.

Una de ellas -que ya realiza Nanogap- es su uso como catalizador para producir nanofibras de plata, que a su vez son las que se han utilizado para producir adhesivos conductores en colaboración con la empresa Gairesa. Se trata de un proyecto europeo de cuatro años que buscaba sustitutos para las soldaduras en plomo ante el uso masivo de circuitos electrónicos y el aumento de la cantidad de plomo que se utiliza. A las resinas que formulaba Gairesa se le incorporaron las fibras de plata y esa resina debía cumplir las mismas características que una soldadura en plomo.

Otra de las líneas de investigación está centrada en la química verde y la posibilidad de su uso en la oxidación. Para evitar utilizar sustancias contaminantes como cloro podría usarse el oxígeno «aunque el oxígeno es una molécula que para romperla hace falta un catalizador» y unos clústeres determinados parece que son capaces de realizar, esta labor según los primeros resultados.

Al mismo tiempo, trabajan en la fotocatálisis y el aprovechamiento de la energía solar de manera mucho más eficiente que hasta el momento.

Los últimos resultados -usan la luz ultravioleta pero también hay resultados interesantes con la luz solar- muestran que hay capacidad de tener conversiones de luz en hidrógeno a partir del agua y la idea es «con la luz coger agua y a partir de ella generar hidrógeno y oxígeno». El oxígeno se puede liberar en la atmósfera y el hidrógeno se almacenaría y luego se podría combustionar. «Oxígeno e hidrógeno da agua, así que no hay contaminación» y además «es un proceso cíclico». Sería toda una revolución, porque la sociedad industrializada podría dejar de depender del petróleo.

¿Problema? No hay manera de extraer toda la energía de la luz, y el silicio tiene una eficiencia de alrededor de un 15-18 %. Los clústeres, sin embargo, al ser pequeños, pueden evitar las pérdidas y superar esa eficiencia «ampliamente».

Aplicaciones sanitarias

Otro proyecto financiado por la eurorregión es el uso de los clústeres como antibiótico. Junto al profesor Fernando Domínguez trabajan con la hipótesis de que los clústeres, igual que otros antibióticos que ya existen, interaccionan con el ADN e impiden la replicación de las bacterias.

Estudia su empleo como antibiótico, oxidante y captador de energía solar