Vecinos de Boqueixón intentan paralizar el tanatorio municipal

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

Critican que el servicio ocupe la Casa da Cultura de Camporrapado

05 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Un grupo de unos cuarenta vecinos de Boqueixón intentaron en la tarde de ayer paralizar las obras de acondicionamiento de la planta baja de la Casa da Cultura de Camporrapado como tanatorio. Los manifestantes acudieron al edificio municipal sobre las 16.30 horas pero no pudieron paralizar remodelación alguna porque en ese momento no había nadie trabajando.

Lo que sí se encontraron fue a la Guardia Civil, que tuvo conocimiento previo de su intención de poner freno a unos trabajos que cuentan con el visto bueno del Concello, pero que generan gran rechazo en una parte de la población, sobre todo entre los habitantes de las parroquias de Sucira, Camporrapado y Pousada, porque son ellos los principales usuarios del edificio sociocultural cuya planta baja albergará, en principio, el tanatorio municipal.

Antes de la elección de la Casa da Cultura de Camporrapado, el Concello de Boqueixón intentó instalar el tanatorio en Lestedo, pero la presión vecinal y la normativa urbanística obligaron al Ayuntamiento a buscar otro sitio. Y este fue Camporrapado.

La demanda de esta parte del vecindario cuenta con el apoyo de los dos concejales de la oposición, el nacionalista de Anova, Xavier Canabal, y el socialista Perfecto Barcala, que están explorando distintas vías para intentar paralizar una obra en la que perciben irregularidades. Ambos se opusieron al proyecto en todo el procedimiento administrativo, que prosperó con los votos del PP, que tiene una holgada mayoría absoluta.

La oposición vecinal ya provocó la recogida el pasado mes de abril de más de doscientas firmas contrarias, no a construir un tanatorio en Boqueixón, sino al hecho de que el lugar elegido sea la planta baja de un centro sociocultural en el que se organizan numerosas actividades, además de estar cerca de un campo de fútbol.

Y como ayer no pudieron paralizar las obras, los vecinos acordaron dividirse en grupos y acudir a la Casa da Cultura por las mañanas y por las tardes para frenar unos trabajos que comenzaron el lunes y que cuentan con la autorización del Ayuntamiento de Boqueixón.