Un rosal para evitar escaladas de vándalos

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La gerente del Consorcio y la edila Reyes Leis, en el monumento.
La gerente del Consorcio y la edila Reyes Leis, en el monumento.

La planta seguirá custodiando el monumento a San Francisco

03 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La escultura de Francisco Asorey, junto al convento de los franciscanos, luce desde ayer en todo su esplendor después de que se finalizara la restauración del monumento a San Francisco de Asís. Con el fin de los trabajos de limpieza y restauración se resolvió también una duda suscitada en las redes sociales, que plantea si debía o no conservarse el rosal que rodea la escultura. Como en todas las polémicas ,había dos bandos, los que consideraban que las rosas tendrían que conservarse y los que defendían su eliminación. Ayer se confirmó que las rosas seguirán floreciendo junto al monumento. Algunos aseguran que forman parte de la idea original de Asorey pero, en cualquier caso, seguirá en su lugar por una razón, cuanto menos, curiosa.

Resulta que, hace treinta años, a un franciscano del convento se le ocurrió la idea de plantar un rosal como solución para evitar que el monumento fuera empleado por aquellos jóvenes, que animados por el alcohol, querían demostrar sus dotes como escaladores y subían no sin riesgo por el monumento a Francisco de Asís, inaugurado en 1930.

Esta pieza fue encargada por una comisión creada especialmente para honrar la memoria del santo y su presencia en Compostela. Los trabajos de restauración combatieron la humedad y eliminaron vegetación y musgos y completaron la limpieza de capas de suciedad generadas por contaminación.

La restauración permitió consolidar los bloques de piedra y se reordenó el pequeño jardín de la parte inferior, manteniendo el rosal trepador. La obra, financiada por el Consorcio de Santiago, tuvo un coste de 15.403 euros y fue realizada por la empresa Parteluz, especializada en restauración.