«El Museo das Peregrinacións no era posible sin vaciar el edificio del Banco de España»

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

eva pastoriza

03 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Manuel Gallego Jorreto visitó ayer el Museo das Peregrinacións para ofrecer una conferencia, invitado por el Consorcio da Cidade y la Delegación de Santiago del Colegio de Arquitectos de Galicia, en la que explicó los detalles del proyecto que transformó el antiguo Banco de España en centro museístico. A esta charla asistió el alcalde, Ángel Currás.

Manuel Gallego Jorreto recordó que fue necesario «empaparme de la historia del edificio y también de los antecedentes del lugar en el que está situado» para desarrollar un proyecto, sin duda, arriesgado y también no exento de polémica. Gallego Jorreto apuntó que también el edificio del Banco de España estuvo rodeado de polémica, por lo que parece ser un «sino» del lugar.

En el desarrollo del proyecto del que actualmente es el Museo das Peregrinacións, el arquitecto considera que la ubicación ha influido de forma decisiva en los detalles del nuevo inmueble, pero estima que «aún ha sido más influyente el destino del propio edificio». No sería, pues, posible pensar «en un diseño diferente» para el Museo das Peregrinacións.

En cuanto a la polémica suscitada por el vaciado del viejo edificio, el arquitecto tiene claro que los datos de los estudios topográficos y de ingeniería avalan lo indispensable de esta actuación. «No habría sido posible sin el vaciado», señaló Gallego Jorreto. Aseguró que los cálculos previos ya indicaban el deterioro de la estructura y el hecho de que no habría aguantado el nuevo uso, pero «cuando se comenzaron los trabajos aún se constató más. No esperábamos, y eso que teníamos claro que estaba mal, que estuviera tan mal». Es necesario tener en cuenta que solo una parte «pequeña» del Banco de España estaba abierta al público en general, todo lo contrario en el caso de un museo.

En la charla de anoche no faltaron alusiones al «río» que discurre por el subsuelo del Museo das Peregrinacións y que fue otro de los hándicaps de la reconstrucción del inmueble. Más que de un río se trata de varios manantiales que, cabe deducir, habían sido empleados para abastecer el casco histórico. De por dónde continúa esta masa de agua nada se sabe y solo cabe hacer cábalas, que llevarían directamente hacia el Rectorado «por la inclinación lógica del terreno».