El limbo de los Parga Pondal

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Gonzalo Iglesias

Contratados temporales, en paro o en el extranjero, los científicos esperan su plaza

08 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Diecisiete carreras en compás de espera. Así es la vida de los investigadores del programa Parga Pondal que a finales del pasado año se quedaron sin contrato en la Universidade compostelana. Aguardan desde diferentes situaciones vitales y laborales la decisión de la ANEP, una agencia que este mismo mes debe emitir un veredicto sobre los currículos de los 17 científicos de alto nivel, que verán entonces desbloqueada, o no, su plaza estable en la USC.

Y es que según la decisión tomada por el Consello de Goberno el pasado mes de marzo, a todos aquellos que obtengan una valoración de excelente según los criterios manejados por la agencia -los mismos que se utilizaron para darles la acreditación Manuel Colmeiro hace justo ahora un año- se les convocará una plaza. Para los que obtengan el nivel de bueno, la creación de la plaza se restringirá solo a los que pertenezcan a un área que no haya estabilizado a ningún investigador en convocatorias pasadas y no cuente con contratados de las convocatorias posteriores al 2006.

¿Conseguirán los 17 su plaza? La incredulidad campa a sus anchas. Javier Sampedro, por ejemplo, habla de que hay cierto margen de «subjetividad» que puede entrar en juego en la valoración de la ANEP y cambiar su calificación con respecto al Manuel Colmeiro. Otros van más allá y temen nuevos recortes llegados de Madrid que directamente bloqueen la creación de nuevas plazas en las universidades. El sentimiento está bastante claro: lo creerán cuando lo vean.

Diferentes situaciones

Mientras, algunos ven pasar los días desde los laboratorios de la USC gracias a que sus grupos los han contratado temporalmente con cargo a proyectos, una salida que, sin embargo, tiene sus inconvenientes: no pueden captar financiación ni ser investigadores principales y han tenido que ceder sus proyectos a otros compañeros, que ahora los lideran.

Otros, lamentablemente, han pasado a engrosar la enorme lista de personas en situación de desempleo. Y hay quien ha conseguido otro puesto de trabajo y no se lo ha pensado dos veces: abandonó España.