Los exámenes del Obradoiro

M.G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Encara el tramo decisivo del curso con retos o asignaturas pendientes

19 feb 2012 . Actualizado a las 18:42 h.

La temporada del Obradoiro discurre de acuerdo con el guion previsto, incluso con cierta placidez gracias a las dos últimas victorias. El equipo está en la pomada de la lucha por la permanencia y los dirigentes, con la excepción de la reunión de hace dos semanas, en la que hubo riesgo de combustión, llevan el curso con una templanza poco habitual.

El club pasa con buena nota, hasta la fecha, los exámenes del día a día de las finanzas y de los avatares deportivos, porque mantener el equilibrio en medio de la crisis económica y de un temporal de seis derrotas, las cuatro últimas de manera consecutiva en casa, no es fácil. Sin embargo, está sabiendo cómo aguantar el tipo.

Llega el último tercio de la temporada y en el horizonte más inmediato asoman retos o asignaturas pendientes, que todo depende del cristal con que se miren. Y por encima de cualquier propósito, el gran objetivo es la consolidación de un proyecto casi obligado a vivir a uña de caballo desde el verano del 2009. Tener que reinventarse cada poco tiempo o llegar al verano con casi todo por hacer no deja de ser un hándicap.

CAPITAL SOCIAL

El proceso continua. De acuerdo con la actual normativa, si el Obradoiro consigue la permanencia en la ACB, para poder competir la próxima campaña está obligado a convertirse en sociedad anónima. Una comisión mixta con representación del Consejo Superior de Deportes y la propia ACB es la que dictaminará, en función de criterios establecidos en la ley, cuál es el capital mínimo que habría que suscribir.

En el anterior paso por la ACB, dicho capital fue fijado en 2,8 millones de euros. En esta ocasión, el Obradoiro calcula que estará algo por encima de los tres millones de euros.

Los aficionados ya han desembolsado una cantidad en torno a 600.000 euros y los empresarios que llevan las riendas de la entidad aportarían al menos un monto similar. Pero todavía quedaría mucho que remar para completar el proceso. Y, si el equipo consigue la permanencia, ese será uno de los grandes desafíos de aquí al verano. Es una cuestión que parece latente, pero que en cualquier momento tendrá que volver a primer plano de la actualidad. A no mucho tardar se sabrá cuál es el capital social.

DIRECCIÓN DEPORTIVA

Cubrir un vacío. Desde la marcha de Chete Pazo hay un vacío en la dirección deportiva. El que fuese director gerente la pasada campaña gestionó en verano la confección del actual plantel, pero ya sin ser parte de la estructura del club.

El hecho de que no haya una dirección deportiva es casi como renunciar a la medicina preventiva durante la temporada, porque falta esa figura intermedia, entre el staff técnico y los despachos, que esté al tanto de cómo respiran los jugadores, que sepa cuándo hay que darles un empujón o un tirón de orejas. O, en el peor de los casos, que se vea en la necesidad de proponer medidas disciplinarias.

Supone no estar al tanto de los movimientos puntuales que pueda haber en el mercado. Durante el lock out de la NBA, el Obradoiro no se planteó realizar cambios en la plantilla. Pero, de haberlo hecho, hubiera partido en desventaja.

También debería estar moviéndose ya con vistas a la próxima temporada, previendo o incluso cerrando operaciones. Si el equipo se mantiene, los técnicos y Corbacho tienen automáticamente prorrogados sus contratos. De lo contrario, habría que empezar otra vez de cero. Y la Copa, que se está celebrando en Barcelona, es siempre un hervidero de fichajes que se concretan o se encarrilan.

AFORO

Llenar Sar. Esa sí que es una asignatura pendiente esta temporada. Los rectores del club están cumpliendo con su palabra cuando advirtieron de que habría una diferencia notable en las tarifas para quienes acudiesen esporádicamente a Sar, quienes sacasen el abono y quienes además del carné anticipasen dinero para las acciones.

Sin fallar a esa filosofía, y cuando menos en ocasiones muy puntuales, podría haber fórmulas intermedias para tratar de que cada domingo no haya en torno a un millar de butacas vacías. Es dinero que se pierde y quien sabe si semillas que no se plantan.

No se trata de inventar nada. Si acaso, de copiar iniciativas de otros clubes. Algunos han optado por poner a la venta entradas bonificadas solo para sus socios y/o accionistas. Otros sacan ofertas para dos o tres partidos, a escoger, con una reducción en el precio. Y también los hay que buscan más la imagen que el pecunio, vinculando el club a la promoción de acciones sociales. Un ejemplo, facilitar una entrada simbólica a quien donase sangre durante la semana del partido, hasta cubrir un determinado cupo.

En la anterior campaña en la ACB el club prestó especial atención a la imagen y aprovechó cada partido en el Multiusos de Sar para dar visibilidad a la labor desinteresada que desempañan diversos colectivos en diferente ámbitos.