Santiago tendrá solo dos tipos de bolardos en todos los barrios

x. r. santiago / la voz

SANTIAGO

Habrá un modelo para el casco histórico y otro para las zonas nuevas

15 ene 2012 . Actualizado a las 07:09 h.

Como en muchas facetas de la vida, con los bolardos cada maestrillo tenía su librillo y sacaba a relucir sus ideas en los márgenes viales. Igual que ocurre con las puertas, aldabas, bancos o infinidad de elementos, a lo largo y ancho del casco urbano existe una auténtica colección de separadores diferentes.

Habitualmente son metálicos, pero la piedra cumple también en algunos lugares la función de alejar los coches del espacio peatonal. Las fotografías superiores ofrecen una idea del abigarrado mundo de los bolardos. En las rúas remodeladas, cada diseñador aportaba su modelo. Y en alguna zona, como San Clemente, dos tipos de bolardos (recientes y ya destrozados) comparten el espacio.

Pues se acabó. El gobierno local mandó parar. La orden partió del edil Juan de la Fuente, mareado con tanta disparidad de elementos. Y ha adoptado una resolución: solo habrá dos tipos de bolardos en Compostela: uno para el casco histórico y otro para el resto de la ciudad.

A nadie se le escapa que los separadores son víctimas propiciatorias de los coches, y cada día un buen número de ellos caen en acto de servicio y pasan a la condición de chatarra. Y cada vez que eso ocurre, hay que reponerlos. El problema es que una operación que parece sencilla, según De la Fuente, se complica por la necesidad de encargar para cada sitio su distintivo.

Aparte del coste que representa, obliga a individualizar los encargos de acuerdo a la calle. La solución es disponer de dos tipos de bolardos y tenerlos almacenados para su paulatina implantación en las dos áreas de la ciudad. A ese efecto, los presupuestos en trámite contemplarán una partida destinada a la adquisición de los elementos.

La selección de los modelos tiene en cuenta, aparte del material, grosor y configuración de los separadores, su altura, cuya diversidad se aprecia también en las fotos. En torno a los 65 centímetros son perfectamente visibles para los conductores. Y las láminas adquirirán un mayor espesor. Juan de la Fuente recalca que el modelo para la zona histórica será adecuado.