Kirchner y su muy cara adicción a los zapatos

Josemi Rodríguez Sieiro

SANTIAGO

02 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Jueves

Falso rumor

Finalmente, lo de Marina Danko y José Bono no ha sido más que un invento. Los dos se conocen desde hace muchos años. Los dos están separados, pero no quiere decir que estén juntos. Lo ha dicho Marina, lo ha dicho Amelia Bono y casi lo dice el propio presidente del Congreso. Con la misma rapidez que lo contaban las revistas especializadas el miércoles pasado, se ha desmontado la historia. La separación de Ana Rodríguez y José Bono fue un modelo de discreción, de educación y de prudencia. La de Marina Danko y Sebastián Palomo Linares apunta a ser conflictiva, larga y dura. Demasiados problemas de carácter económico lo rodean. Demasiados rumores de infidelidad. Demasiados comentarios en prensa de cada una de las partes, no hablando precisamente maravillas el uno del otro.

Viernes

Despilfarros

Paso la mañana probando por Madrid el nuevo Range Rover Evoque, que me he comprado por catálogo. Es el coche que esperaba. La modelo Eugenia Silva también tomó la misma decisión que yo y ha aprovechado los que han traído a España para demostración.

Para la que no hay crisis económica es para la presidenta de la República Argentina, Cristina Kirchner. Según el New York Post, en su último viaje a Estados Unidos se compró 20 pares de zapatos, de 5.500 euros cada uno. Posiblemente, no será una cantidad tan extensa como la de Ymelda Marcos, pero mucho más valiosa. Los de la presidenta a buen seguro que no eran tan caros. Claro, que como fue a la Asamblea General de la ONU, los gastos iban a cargo del presupuesto argentino. Lo que ahorró, lo invirtió en zapatos. En su afán de gastar, la presidenta está construyendo uno de los más grandes mausoleos que existen en toda Sudamérica para que reposen los restos de su fallecido marido, el que fuera presidente, Nestor Kirchner, lo que ha provocado una oleada de críticas.

Dos rumanos fueron detenidos en Benidorm, acusados de haber entrado por la noche en casa del cantante Manolo Escobar, mientras dormían él y su familia. Uno de ellos fue puesto en libertad con cargos y el otro ingresó en prisión. Lo que se desconoce es el paradero de la insignia de oro y brillantes del Barcelona, y la medalla al Mérito en el Trabajo.

Sábado

Piso en venta

Me levanto y veo en Internet el vídeo de la venta de la casa de Sara Montiel. Siempre dije que Sara hablaba de un patrimonio inmobiliario que no tenía. La Montiel está con problemas económicos. Y podría llegar a quedarse sin su casa, un magnífico piso dúplex con piscina en la calle Goya. El piso está horriblemente decorado. Me da pena tener que llegar a esto. Ella, que ha sido una estrella, guapísima, internacional, no debía haber llegado a este extremo. La Montiel pide tres millones cien mil euros. Aclara en el vídeo que los muebles y objetos de su casa no se incluyen en el precio. Eso me deja muy tranquilo, porque pensar que el que lo compre tuviera que cargar con semejantes cosas sería para hacerle una oda.

Acudo a la boda de Sofía Fierro Domecq con Ignacio Gómez-Acebo y Carvajal. Una boda elegantísima con una novia guapísima, vestida por Lorenzo Caprile, servida por Rocío Gandarias y con flores de Tadea Carvajal y Urquijo. Me sorprende el tipazo de Rosario Domecq, mujer de El Juli, que esta tarde toreaba en La Monumental de Barcelona y que acaba de tener gemelos.

Domingo

Mr. Bean en Madrid

Me incorporo al equipo de María Teresa Campos y debuto en su programa de Telecinco. Lo paso genial e iré, al menos, una vez cada quince días.

Ceno en Lucio con los Serrano, los Torres-Dulce y Mariuca Cagiga. En la mesa de al lado está con unos amigos el actor Mr. Bean. Tiene cara de gracioso incluso cuando come los huevos estrellados.

El rey Juan Carlos ha estado el viernes en el principado de Mónaco con el príncipe Alberto, para visitar el Salón Náutico que se celebra en el puerto de Montecarlo con los barcos más impresionantes del mundo y las novedades allí presentadas. El rey estuvo solo. La reina Sofia había viajado a Israel. La operación del talón de Aquiles sufrida por el monarca le ha tenido recluido en el palacio de La Zarzuela. Esta ha sido su primera aparición fuera de su residencia y de España.

Lunes

Reconciliación

Voy a ver La piel que habito, de Almodóvar. Salgo con mal cuerpo por lo desagradable que me parece.

La separación de Belén Esteban y de su marido sigue su curso para una normal reconciliación. Si no fuera ella, se diría que no están bien de los nervios, de la cabeza... o simplemente que la han perdido. Es algo que sucede casi todos los meses, como la lluvia, el viento racheado o un momento de cansancio. Un caso de desequilibrio emocional, de incompatibilidad de caracteres o de falta de respeto y de educación del uno al otro. Y todo ello expuesto en un escaparate público.

Martes

Cano lo tiene negro

A José Ortega Cano se le complican las cosas. El juez del tribunal que lo va a juzgar ha denegado varias pruebas propuestas por la defensa. La mayor parte de los testigos fueron rechazados. El torero está, según sus allegados, muy mal de ánimo y muy afectado por los insultos que le profirieron a la entrada y a la salida de los juzgados de Sevilla, donde acudió para que le tomaran declaración.

Miércoles

La que se ha liado

La duquesa de Alba está en capilla. ¿Qué necesidad tenía de montar la que ha montado? Siempre pienso que, si el aspirante la quiere tanto, ¿por qué quiere pasar por el altar, haciendo claudicar a su amada, ante sus hijos, teniendo que cederles su patrimonio en vida? ¿Tienen culpa los hijos? La ley les da unos derechos y ellos los han puesto a buen recaudo. La duquesa se retracta de lo dicho, refiriéndose a su hijo el conde de Siruela y a su mujer Inka Martí. Pero como es muy suya, cuenta lo generosa que ha sido con él, cediéndole un montón de cosas. Lo más gracioso es que, cuando la duquesa se casó con Jesús Aguirre, este adoptó unos aires ducales, a imitación del padre de Cayetana, que provocaron más de una carcajada. El todavía funcionario apunta maneras. Saluda de manera distante, sonriente, como dando a entender que «el duque soy yo», por otro lado comprensible para alguien que, hasta ahora, no había podido, por sus limitaciones sociales, económicas y culturales, acceder adonde ha llegado. La duquesa está tan entregada que habla de la extensa cultura e inteligencia de su prometido, cosa que será cierta, pero que desbanca mi idea de que la cultura es un medio para el triunfo en la vida.