Mucha fiesta pero menos turistas

i. Ameixeiras SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Santiago superó el 80 % de ocupación hotelera y las calles se llenaron de celebraciones

26 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El número de peregrinos que llegaron el día de Galicia no alcanzó los mil. Según la Oficina del Peregrino, 989 personas entraron ayer en Compostela. Además, la Asociación de Hostelería de Galicia afirmó que la media de ocupación hotelera de estos días superó el 80 %, asumiendo la bajada en el día de ayer. La previsión inicial era que se llegaría al 90 %.

Tampoco los peregrinos que concluyeron ayer el Camino superaron los datos del fin de semana, cuando llegaron 1.485 el sábado, y 1.522 el domingo. El año pasado, el mismo día 25, lograron la compostela el doble que ayer. La mayoría hicieron el viaje a pie (81,5 %), seguidos por los que decidieron subirse a la bicicleta para celebrar el Apóstol (18, 2 %). Dos personas, en cambio, no quisieron atender a perfiles, y, como en los viejos tiempos, se montaron a caballo para realizar la peregrinación.

La mayoría de los que llegaron el día de Santiago eran de nacionalidad española (60,3 %), seguidos por italianos, alemanes y estadounidenses. Prácticamente, se mantuvieron en la línea del fin de semana, cuando se sumaron polacos y portugueses. Se trata, sobre todo, de gente de entre 30 y 60 años (52,8 %). Y la mayoría hombres, aunque la diferencia con las mujeres que se alistan en la estela compostelana es poca.

Pero el 25 de julio no eran tan solo los peregrinos los que abarrotaban las calles estrechas de la ciudad. Cerca de dos horas hacían falta para entrar en la catedral. También para ver a los cabezudos en su itinerario de plazas había que apretarse.

Las gaitas fueron el instrumento más escuchado a lo largo del día y eran más de uno los grupos que dominaban el ritmo de la muiñeira. No obstante, música de otros géneros se buscó un hueco en los rincones más concurridos, así Umberto Guillén con su cuatro venezolano deleitaba con piezas de su país, mientras Tatiana interpretaba en su violín obras clásicas. Aún así, hubo quien protestó por la escasez de charangas.