«El Apóstol nos perjudica»

sara prieto SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Los feriantes apuntan que la Ascensión es una cita más rentable para el sector

26 jul 2011 . Actualizado a las 10:30 h.

La crisis ya no es el único mal del que se quejan los feriantes de la Alameda. El perfil del turismo de estos días, más maduro -de mediana edad para arriba, según dan a entender- y la marcha de muchos compostelanos de la ciudad se hace notar más cada año: «El Apóstol nos perjudica, tenemos más gente en la Ascensión», afirman ante un turismo, el de julio, que ven con menos ánimos para subirse a las atracciones. Y lo mismo ocurre con gran parte de los jóvenes, para los que los conciertos y los establecimientos de hostelería son un foco mucho más atractivo. El resto, padres con niños, llegan a la carballeira de Santa Susana en busca de novedades.

El nivel de afluencia ha bajado este año, algo que ya llevaba pasando en los últimos veranos, pero que se acentúa aún más en esta ocasión: «La venta de fichas ha bajado aproximadamente como un 35%», dicen los veteranos de El saltamontes. Su dueño, feriante de tercera generación, lleva asistiendo a las fiestas del Apóstol desde que tiene uso de razón. Ahora, con la experiencia que le dan sus 62 años, es testigo cada julio del público que sube y que baja y de los feriantes que llegan y se van. Y entre los que llegan por primera vez a Santiago están los madrileños de la tómbola Hermanos Cachichi, que destacan la amabilidad y corrección del público gallego en comparación con otras ferias en las que han trabajado a lo largo del territorio: «La gente es educada, no se queja mucho si no les toca».

Los precios se mantienen

En cuanto a los precios parecen no haber variado mucho: «Llevamos 6 años con los mismos, pero la vida sí que sube», dicen desde El saltamontes. Rondan los tres euros la ficha, cinco en caso de dos. También existen ofertas para los que busquen gangas: «veinte boletos cinco euros», se puede leer en las paredes de las tómbolas, donde también se observan los objetos más curiosos a sorteo: Strip dards justo al lado de grandes osos de peluche, licuadoras, mini-motos o plantas gigantes. En la tómbola todo vale.

Este año la atracción más llamativa es el Aguabol, una piscina con bolas de plástico gigantes transparentes donde los niños se meten, como si de burbujas protectoras se tratase. Santiago es el segundo lugar de Galicia, tras la localidad pontevedresa de O Grove, donde se ha instalado esta futurista atracción. Además de esta hay algunas que sin ser tan novedosas tampoco acumulan muchos años de vida, como El dragón, Street Fighter, Aerobaby o El simulador. Y no hay que olvidarse de clásicos como la siempre fiel noria, El saltamontes, Bufalovil, los coches de choque, el tiovivo y las tómbolas.

En estas últimas el gran atractivo es Bob Esponja. Este dibujo animado se ha adueñado de todas las ferias gallegas y del resto de la Península. Y junto a Patricio o Dora la exploradora llena las filas de todas las tómbolas, casetas, regalos y globos.

Aun con niños dentro de bolas transparentes y la crisis en los bolsillos, la feria sigue siendo la misma de hace veinte años, incluso de hace treinta: el algodón de azúcar, la música machacona, la noria y los churros asisten sin falta a cada fiesta del Apóstol a la Alameda compostelana.