Lavacolla recupera tras 15 meses su mejor arma contra los desvíos

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Una obra dejará al aeropuerto en mayo y junio con un antiniebla básico

18 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Después de casi 15 meses sin él, Lavacolla recuperó ayer su más avanzado sistema de aterrizaje instrumental (ILS), el de categoría II/III, que en recintos como el de la capital gallega aborta un promedio anual de 170 cancelaciones o desvíos de vuelos por poca visibilidad. Desde el 4 de enero del 2010 el complejo venía funcionando con un antiniebla de nivel intermedio (II) debido a que el empleo de 15 grúas de 40 metros de altura en la construcción de la nueva terminal de viajeros de Santiago impedía utilizar el equipamiento de rango superior sin arriesgarse a que tuviesen lugar peligrosas interferencias. Tras ser retirada el miércoles la última de aquellas estructuras y previo recalibrado de la maquinaria que tantas semanas llevaba en desuso, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) procedió al día siguiente a dotar de nuevo a Compostela de un ingenio que desde septiembre del 2001 ha evitado disgustos a casi medio millón de pasajeros.

No obstante, Lavacolla pronto volverá a quedarse sin él, pero también coyunturalmente y por mucho menos tiempo. El 26 de abril, salvo cambio de planes, arrancará la segunda fase de ejecución del proyecto de adecuación del campo de vuelos a unas normas técnicas de aviación civil promulgadas en mayo del 2009. Y esa obra, cuya duración las autoridades cifran en una horquilla de ocho a diez semanas, va a «afectar a zonas sensibles y críticas de ciertos aparatos vitales» e implicar «un enorme movimiento de tierras» junto a una de las dos cabeceras de la pista (la 17), motivos que obligarán a degradar el ILS a su condición más baja, la de tipo I. En principio, Aena iba a iniciar los trabajos el 14 de febrero, pero, aduciendo cautela, al final ha optado «por salvar a toda costa la Semana Santa».