La supervivencia del cáncer de mama ronda el cien por cien en algunos tipos

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

CARMELA QUEIJEIRO

Los avances en el tratamiento evitan muchos de los agresivos efectos secundarios

20 oct 2016 . Actualizado a las 15:12 h.

La batalla contra el cáncer de mama pone de manifiesto dos realidades contrapuestas, por un lado se trata de una enfermedad con una incidencia considerable, unos noventa cánceres por cien mil mujeres en España, pero la detección precoz y los avances en el tratamiento y la cirugía han convertido este tipo de tumores en uno de los que tienen mayor tasa de supervivencia.

Las cifras son variables y los especialistas manejan distintos estudios, pero positivas. Desde la unidad de mama del Hospital Abente y Lago en el Chuac, su responsable, Joaquín Mosquera, sitúa la supervivencia global a esta enfermedad en torno al 70 %, mientras que en otros estudios la tasa a los cinco años supera el 85 %.

Como explican los expertos, el cáncer de mama no es una patología, sino un conjunto, y en algunos tipos «la curación es prácticamente del cien por cien», añade Mosquera. El Eurocare-5, presentado en el Congreso Europeo de Cáncer del 2015, cifra en un 82 % la curación a los cinco años en el período 2005-2007, cuatro puntos superior a los registros de hace seis años. Otro informe sobre la supervivencia del cáncer en España refleja que de todos los nuevos casos que se diagnosticaron entre los años 2000 y 2007, la tasa de supervivencia cinco años después fue del 85 %.

La curación es, por supuesto lo más importante, pero la calidad de vida también. Y en este sentido, los avances han ido en varias direcciones. Por un lado los tratamientos diana que se dirigen específicamente a la célula tumoral reducen los efectos secundarios, «e incluso la temida caída de cabello», explica Mosquera. La cirugía oncoplástica, el apoyo de los psicooncólogos a las mujeres e incluso programas de yoga para favorecer la recuperación mediante el ejercicio logran que las cifras de supervivencia se acompañen de una alta calidad de vida. Además, Galicia y el resto de España, así como otros países del entorno, tienen cifras de prevalencia inferiores a otros como los nórdicos o Países Bajos, algo que puede achacarse a los hábitos de vida.

Exceptuando los cánceres de mama hereditarios, que son minoría pero tienen drásticas consecuencias porque suelen ser agresivos y aparecen tempranamente, la edad media de aparición de este tipo de tumores es, fundamentalmente, a partir de los 50 años, ya que como todos los cánceres, el mayor riesgo aparece con la edad. Los oncólogos apuntan que hay cuatro variedades de tumor de mama, que marcan la pauta del tratamiento que va a tener la paciente, pese a que existe algún otro subtipo más.

La curación creció 10 puntos

En el último cuarto de siglo la tasa de supervivencia ha crecido en más de diez puntos porcentuales, una mejora que comenzó sobre todo en España «desde el año 1992 -aclara el responsable de la unidad de mama del Abente y Lago- con los programas de cribado poblacional», así como con la aparición de fármacos más específicos o la mejora en la radioterapia entre otros factores.

Los oncólogos rechazan adelantar el cribado a los 35 años de edad

Los oncólogos se manifestaron totalmente en contra de adelantar el cribado para la detección precoz del cáncer de mama a los 35 años, después de que la Sociedad Española de Ginecología apostase por hacer una primera mamografía a esa edad. Joaquín Mosquera afirma estar totalmente en desacuerdo, ya que estos programas de cribado son eficientes en población a partir de los 50 años e incluso de los 45, «pero por debajo de esa edad, en mujeres sanas la relación riesgo-beneficio no es la esperada», al tener que hacer más biopsias para encontrar menos cánceres.

En el 2015 participaron en el programa de detección precoz del cáncer de mama del Sergas más de 143.000 mujeres, casi el 81 % de la población diana, que son las que tienen entre 50 y 69 años. Solo un 2,75 % de las pacientes exploradas, 3.941, precisaron acudir a una unidad de diagnóstico al haber sospechas de cáncer.