Este tiempo me está matando

SOCIEDAD

Los daños colaterales de un tiempo adverso van más allá de lo material y los especialistas tratan ya sus repercusiones en los que padecen trastorno afectivo emocional o en los calificados de meteorosensibles

02 mar 2014 . Actualizado a las 23:57 h.

El tiempo es algo más que la socorrida conversación en los ascensores, supera esa barrera de lo trivial y anecdótico para ser objeto de estudio por especialistas de distintos campos. Aunque no hay estudios suficientes en todas las especialidades para saber cómo la meteorología afecta a las distintas patologías, ya se han acuñado términos como meteorosensibles o meteorolábiles para aquellas personas a las que los cambios de temperatura les provocan distintos cuadros médicos.

Si hay una enfermedad desde siempre relacionada con los cambios del tiempo es el reumatismo. Francisco Blanco, médico del Servicio de Reumatología del Hospital A Coruña y patrono de la Fundación Española de Reumatología, apunta que si bien en cuanto a prevalencia los lugares húmedos no registran un mayor número de incidencia de estas patologías, sí «claramente inflúe na sintomatoloxía dos doentes que xa teñen esta enfermidade». Este especialista lo atribuye a los cambios de presión atmosférica, que influyen en las zonas afectadas y hacen que se muestren más sensibles a estas variaciones. «As articulacións, os osos ou os músculos danados actúan como barómetros», destaca y por eso los pacientes cuando hace más frío se quejan de dolor en sus articulaciones e incluso son capaces de predecir con antelación los cambios de tiempo que se van a producir.

Frente a lo que se pudiera considerar no todas las enfermedades de este campo se relacionan con el mal tiempo. Blanco cita como otra de las patologías que se ven afectadas por los cambios de estación, en este caso por la primavera, el lupus eritematoso sistémico, ese que hizo popular el televisivo House al barajarlo como probable causa en la mayoría de sus casos. «Sábese que o tempo non inflúe en ter a enfermidade, pero si en que esta se dispare, por exemplo ás exposicións ao sol, ás radiacións ultravioletas séntalles moi mal aos doentes e desencadean a actividade da enfermidade, polo que na primavera e verán teñen que ir máis protexidos contra o sol con cremas dun alto factor de protección». Este reumatólogo participa, junto a otros investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña, en estos momentos, en un estudio en el que intentan demostrar que el cambio climático influye en la enfermedades reumatológicas, en concentro en la artrosis.

La relación entre el tiempo y los trastornos es algo que se estudia desde la antigüedad, algunos especialistas citan al griego Hipócrates, considerado como el padre de la medicina, como uno de los primeros investigadores en este campo.

Una de las ramas con las que se relaciona también este tipo de casos son con los trastornos de índole psiquiátrica o psicológica. «Hai unha asociación do clima con algún tipo de enfermidades como pode ser o trastorno bipolar, xa que soe haber máis descompensacións na primavera e no outono e tamén os países con menos horas de sol teñen unha maior incidencia dun tipo de depresión que se chama depresión estacional, que ten que ver coa falta de luz», explica Juan Carlos Díaz del Valle, médico del servicio de Psiquiatría del Chuac, que también resalta que algunos estudios relacionan la primavera con una mayor tasa de suicidios consumados en el hemisferio norte. Sin embargo, reconoce que hay que ser prudentes con unos datos sobre los que, puntualiza, no hay consenso.

Respecto a los meteorosensibles, admite que «hai persoas que padecen trastorno afectivo do estado do ánimo e cando hai días de chuvia ou temporal din que se atopan peor, eu teño doentes que teñen trastorno fóbico aos temporais e o mal tempo tamén lles inflúe», apunta. Destaca que en lo que hay más evidencias es sobre «a relación do tempo co estado de ánimo». «O mal tempo non produce depresións, pero as persoas que xa a padecen, sobre todo as de psicopatrón estacional, sóenlle aparecer recorrencias nas épocas do ano nas que hai menos luz. Vense máis influenciadas por alteracións ao nivel do clima que persoas que non padecen ningún trastorno ambiental e tamén hai persoas que os días antes que apareza unha tormenta se notan máis pesadas, con sensación de carga, cuestión que se relaciona coas cargas iónicas do ambiente», puntualiza.

Los estudios en este campo no se restringen al sector médico, también los meteorólogos están involucrados en este tipo de investigaciones. Es el caso de Beatriz Hervella, cofundadora de 4gotas.com, que ha generado avisos para toda la Península desde su web en los que se informa sobre si los días son idóneos para determinadas enfermedades como el dolor articular, el riesgo de infarto o el riesgo de migraña. Ahora trabaja en ampliar este servicio con estudios sobre el asma y la hipertensión.

«Evidentemente el tiempo afecta a las personas con problemas coronarios, cardiovasculares, a los que padecen enfermedades respiratorias como el asma, los que sufren de artrosis y el caso más extremo es el que se conoce como trastorno afectivo estacional, que es una depresión que sucede cuando hay muy poca luz del sol», asegura.

También destaca que distintas configuraciones de viento afectan al carácter. Entre ellos cita el Foehn, que se produce en zonas montañosas, en las que se crean dos climas opuestos y que genera estados de irritabilidad y ansiedad. «En Suiza, se ha utilizado el Foehn como atenuante judicial», explica Hervella, que cita también como vientos que desencadenan cambios de humor el siroco, en Sicilia; o el Santa Ana, en California, del que resalta que se relaciona con un aumento del 30 % de los homicidios. Hervella, que sigue profundizando en este campo, destaca que en España la investigación todavía no está tan avanzada como en países como Alemania, EE.UU., Suiza o Japón.